Robert Sarah podría ser el primer Papa negro pero era “enemigo” de Francisco

Tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025 a los 88 años, la Iglesia Católica se prepara para un Cónclave que elegirá al 267.º Papa. Entre los candidatos destaca el cardenal Robert Sarah, originario de Guinea, cuya posible elección no solo marcaría un hito histórico al convertirse en el primer Papa negro en más de 1.500 años, sino que también ha desatado intensas controversias debido a su perfil ultraconservador y su oposición a las reformas de Francisco.

Este artículo analiza la trayectoria de Sarah, las razones de su polarización y su posición en la carrera papal, basándose en información reciente y fuentes confiables como The College of Cardinals Report, análisis de vaticanistas y publicaciones en medios internacionales.

Perfil de Robert Sarah

Nombre completo: Robert Sarah
Edad: 79 años (nacido el 15 de junio de 1945 en Ourous, Guinea)
Cargo actual: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
Trayectoria:

  • Ordenado sacerdote en 1969, tras estudiar en Costa de Marfil, Roma y Jerusalén.
  • Nombrado arzobispo de Conakry en 1979 por Juan Pablo II, convirtiéndose en el obispo más joven del mundo a los 34 años.
  • Enfrentó la dictadura marxista de Sékou Touré en Guinea, defendiendo la independencia de la Iglesia.
  • Elevado a cardenal por Benedicto XVI en 2010.
  • Prefecto de la Congregación para el Culto Divino (2014-2021), cargo del que renunció tras tensiones con Francisco.

Sarah es autor de libros como “Dios o Nada” y “La fuerza del silencio”, donde critica el secularismo, el relativismo y las tendencias progresistas, abogando por una Iglesia centrada en la tradición y la ortodoxia.

¿Por qué es un candidato destacado?

Sarah se perfila como un contendiente fuerte por varias razones:

  1. Representación africana: Con 33 cardenales electores africanos de los 138 totales, la creciente influencia de África, donde el catolicismo crece rápidamente, favorece a candidatos como Sarah o Peter Turkson de Ghana. Su elección sería un reconocimiento a los 197 millones de católicos africanos.
  2. Apoyo conservador: Sarah es un ícono para los tradicionalistas, que ven en él un retorno a los pontificados doctrinales de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Su defensa de la liturgia tridentina (en latín) y la misa ad orientem (sacerdote de espaldas a los fieles) atrae a sectores nostálgicos.
  3. Profecías y simbolismo: Su candidatura ha ganado atención por la profecía de Nostradamus y la de San Malaquías, que mencionan un “Papa negro” como posible señal apocalíptica. Aunque estas interpretaciones son especulativas, han amplificado su visibilidad en redes sociales y medios.

Sin embargo, su edad límite (cumple 80 años en junio de 2025, lo que lo excluiría como elector) y su perfil polarizante reducen sus probabilidades frente a candidatos como Luis Antonio Tagle o Pietro Parolin. Según The College of Cardinals Report, Sarah tiene una probabilidad estimada del 12% (odds de 8:1), lejos del 31% de Tagle.

Las controversias de Robert Sarah

Sarah ha generado intensas polémicas por su oposición al legado de Francisco y sus posturas radicales, que lo han convertido en una figura divisiva dentro y fuera de la Iglesia. A continuación, los principales puntos de controversia:

1. Oposición a las reformas de Francisco

Sarah fue uno de los críticos más vocales de las aperturas pastorales de Francisco, especialmente en:

  • Fiducia Supplicans (2023): Sarah calificó como “herejía” la declaración que permite bendiciones pastorales a parejas del mismo sexo, argumentando que contradice la doctrina católica y es una “ofensa a la voluntad de Dios”. Su carta pública desató críticas de los progresistas, quienes lo acusaron de deslealtad al Papa.
  • Sínodo de la Amazonía (2019): Sarah se opuso a la propuesta de ordenar hombres casados como sacerdotes, publicando un libro junto a Benedicto XVI en 2020 que defendía el celibato. La controversia escaló cuando Benedicto pidió retirar su firma, y algunos acusaron a Sarah de manipular al Papa emérito. Este episodio llevó a su renuncia como prefecto en 2021.

Estos enfrentamientos lo posicionaron como un “enemigo” de Francisco, aunque Sarah ha negado rivalidades personales, afirmando que trabajó con respeto hacia el Pontífice.

2. Posturas ultraconservadoras

Sarah ha expresado opiniones que han generado rechazo en sectores progresistas y seculares:

  • Ideología de género: Durante el Sínodo de la Familia (2015), comparó la ideología de género y el islamismo radical con “dos bestias apocalípticas”, afirmando que destruyen la familia y la identidad humana. En 2025, reiteró que la ideología de género es “satánica” y una amenaza al cristianismo.
  • Inmigración: En 2019, Sarah calificó la inmigración masiva como una “nueva forma de esclavitud”, cuestionando la acogida indiscriminada promovida por Francisco. Sus declaraciones fueron criticadas por xenófobas, aunque él aclaró que buscaba defender la dignidad de los migrantes.
  • Liturgia tradicional: Su promoción de la misa en latín y prácticas pre-Vaticano II ha sido vista como un retroceso por quienes apoyan una liturgia más accesible y moderna.

Estas posturas lo han hecho popular entre los conservadores, pero lo alejan de la mayoría progresista del Colegio Cardenalicio, nombrada por Francisco.

3. Acusaciones de injerencia y división

Sarah ha sido acusado de socavar la autoridad de Francisco. El libro de 2020 con Benedicto XVI fue interpretado como una injerencia en el debate sobre el celibato, rompiendo el silencio prometido por el Papa emérito tras su renuncia en 2013. Esto dañó la imagen de Sarah y lo llevó a perder influencia en la Curia. Además, sus críticas públicas a las reformas han sido vistas como un intento de movilizar a los tradicionalistas, profundizando la polarización en la Iglesia.

4. Asociación con profecías apocalípticas

La narrativa del “Papa negro”, alimentada por Nostradamus y San Malaquías, ha generado controversia al vincular a Sarah con teorías apocalípticas. Algunos interpretan su posible elección como el inicio del “fin de los tiempos”, lo que ha sido criticado por teólogos como sensacionalista.

Aunque Sarah no ha respaldado estas teorías, su origen africano y su perfil conservador han avivado la especulación en redes sociales, como se observa en posts en X que lo llaman “el último Papa”.

Factores a favor y en contra de su candidatura

A favor:

  • Influencia conservadora: Sarah cuenta con el apoyo de cardenales tradicionalistas y fieles que buscan un giro doctrinal tras el pontificado de Francisco.
  • Trayectoria heroica: Su resistencia al régimen de Sékou Touré y su ascenso desde un pueblo remoto de Guinea lo convierten en un símbolo de resiliencia.
  • Crecimiento africano: La vitalidad del catolicismo en África refuerza su candidatura como representante de una Iglesia global.

En contra:

  • Edad límite: A sus 79 años, Sarah está cerca del límite de 80 años para ser elector, lo que podría disuadir a los cardenales que buscan un Papa joven.
  • Polarización: Su oposición a Francisco aliena a los 60% de cardenales electores nombrados por el Papa argentino, quienes priorizan la continuidad de su legado.
  • Falta de consenso: Su perfil inflexible dificulta que alcance los 92 votos (dos tercios) necesarios en el Cónclave.

Contexto del Cónclave de 2025

El Cónclave, que comenzará entre el 6 y el 11 de mayo de 2025, reunirá a los 138 cardenales electores bajo estrictas medidas de confidencialidad. La elección requiere una mayoría de dos tercios, y las tensiones entre progresistas (que apoyan a figuras como Luis Antonio Tagle o Matteo Zuppi) y conservadores (que respaldan a Sarah o Raymond Leo Burke) marcarán el proceso. La fumata blanca anunciará al nuevo Papa, quien asumirá el liderazgo de 1.300 millones de católicos en un mundo polarizado.

¿Un Papa negro o una figura divisiva?

Robert Sarah representa una paradoja: es un símbolo de esperanza para los conservadores que anhelan una Iglesia doctrinal y litúrgicamente tradicional, pero también una figura controvertida cuya oposición a las reformas de Francisco y sus posturas radicales lo han convertido en un “enemigo” para los progresistas. Su posible elección como el primer Papa negro sería un hito histórico, reflejando la creciente influencia de África en la Iglesia.

Sin embargo, su edad, su perfil polarizante y la mayoría progresista en el Colegio Cardenalicio reducen sus posibilidades frente a candidatos como Tagle o Parolin. Para algunos, Sarah es “la esperanza” de un retorno a la ortodoxia; para otros, un “riesgo” de retroceso tras una década de apertura pastoral. Mientras el mundo espera la fumata blanca, el nombre de Sarah sigue resonando con fuerza, alimentando debates y profecías en los pasillos del Vaticano y más allá.