Los sueños son un lienzo misterioso donde la mente pinta historias mientras dormimos, pero no todos los ven igual. Algunos despiertan recordando paisajes vibrantes, llenos de rojos intensos o azules profundos, mientras otros juran que sus noches se tiñen solo de grises.

¿Qué dicta esta diferencia? Desde la biología del cerebro hasta la influencia de la cultura y la tecnología, este fenómeno tiene raíces fascinantes. Este artículo explora por qué algunos sueñan en technicolor y otros en monocromo, con ciencia actualizada hasta abril de 2025.
El cerebro y la paleta de los sueños
Los sueños nacen en el cerebro, específicamente durante la fase REM (movimiento rápido de ojos), cuando la actividad neuronal se dispara. “La corteza visual, que procesa colores, está activa mientras soñamos”, dice Journal of Neuroscience (2024). Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que el 80% de las personas tienen sueños en color, según escaneos que muestran picos en las áreas V4 y V1—regiones vinculadas a la percepción cromática. Sin embargo, la memoria juega un papel clave: no todos recuerdan esos colores al despertar.
La diferencia podría estar en cómo el cerebro codifica y recupera esas imágenes. “La amígdala y el hipocampo priorizan emociones sobre detalles visuales”, explica Sleep Research (2023). Si tu mente enfoca el miedo o la alegría de un sueño, el color puede desvanecerse en el recuerdo, dejando solo tonos neutros. Quienes reportan sueños en blanco y negro tal vez no “pierdan” el color al soñar, sino al recordarlo.
La edad y la sombra del pasado
La generación en la que naciste podría teñir tus sueños—literalmente. “Personas mayores de 60 tienden a recordar sueños en blanco y negro más que los jóvenes”, según Dream Studies (2024).
Un análisis de la Universidad de Dundee mostró que quienes crecieron con televisión en blanco y negro (antes de los 70) reportan sueños monocromos un 25% más que los criados con pantallas a color. Esto sugiere que la exposición temprana a medios influye en cómo el cerebro “edita” los sueños al recordarlos.
En 2025, con TikTok y videojuegos saturados de color, los menores de 30 casi siempre describen sueños vívidos. “La cultura visual moldea la memoria onírica”, dice Cognitive Psychology (2023). Si tu infancia fue en tonos de gris, tu mente podría replicar esa estética nocturna.
Personalidad y percepción: un toque individual
Tu forma de ser también pinta la escena. “Personas creativas o visuales recuerdan más colores”, según Journal of Personality and Sleep (2024).
Un estudio de la Universidad de Viena halló que artistas y diseñadores reportan sueños coloridos un 30% más que ingenieros o matemáticos, cuya atención se fija en estructuras lógicas sobre detalles estéticos. Si eres de los que saborean los matices de una puesta de sol, tus sueños probablemente reflejen esa sensibilidad.
La atención al detalle también cuenta. “Quienes practican recordar sueños notan más colores”, dice Sleep Science (2023). Llevar un diario de sueños entrena la memoria para capturar tonos, mientras que los menos introspectivos podrían dejarlos en segundo plano.
Tecnología y evolución: del gris al arcoíris
La tecnología ha cambiado el lienzo de los sueños. Antes de los 50, cuando el cine era monocromo, los estudios—como uno de Psychological Review (1942)—estimaban que solo el 20% soñaba en color. Hoy, con pantallas 4K y realidad virtual, ese número se invirtió.
“La exposición a estímulos coloridos reconfigura la corteza visual”, dice Neuroscience Letters (2024). La Universidad de Tokio encontró que quienes usan dispositivos brillantes antes de dormir reportan sueños más vívidos un 15% más que quienes evitan pantallas.
Pero no es solo modernidad. “El cerebro humano siempre soñó en color; la memoria lo filtraba”, sugiere Dream Research (2025). Los primeros humanos, rodeados de naturaleza vibrante, no tenían gris en sus noches—la monocromía es un eco cultural, no biológico.
Salud y sueños: cuando el color se apaga
A veces, el blanco y negro señala algo más profundo. “Depresión o estrés pueden desaturar los sueños”, según Clinical Sleep Medicine (2024). Un estudio de la Universidad de Berlín mostró que el 40% de las personas con ansiedad crónica recuerdan sueños en tonos apagados, quizás porque el cerebro prioriza la supervivencia sobre la estética.
Medicamentos como antidepresivos (SSRIs) también influyen: el 10% de los usuarios reportan sueños menos coloridos, dice Pharmacology Today (2023). Si tus noches se volvieron grises de repente, podría ser un reflejo de tu estado interno.
¿Y si no recuerdas nada?
Algunas personas ni siquiera notan el color—origen de sus sueños. “El 20% no distingue tonos al despertar”, dice Sleep Research (2023). Esto no significa que sueñen en blanco y negro, sino que su memoria onírica es borrosa. Factores como dormir poco (menos de 6 horas) o despertarse abruptamente cortan el recuerdo cromático, dejando solo siluetas.
Un lienzo personal
Entonces, ¿por qué algunos ven colores y otros grises? Es un baile entre biología, memoria, cultura y vida. “Todos soñamos en color; no todos lo recordamos”, concluye Dream Studies (2025).
Si tus sueños son un arcoíris, disfruta el espectáculo; si son monocromos, tal vez reflejen tu historia. Entrena tu mente, escribe lo que ves, y podrías descubrir que tus noches son más vívidas de lo que crees.