Los coágulos de sangre de COVID-19 podrían estar causando confusión mental

Investigadores han identificado dos proteínas que podrían usarse para identificar a aquellas personas en riesgo de desarrollar problemas cognitivos, como confusión mental, después de la infección con COVID-19. Los hallazgos también indican que los coágulos de sangre pueden ser los culpables.

Se cree que el COVID prolongado afecta entre el 10 y el 20 por ciento de las personas infectadas con SARS-CoV-2, y las personas experimentan síntomas como fatiga, dificultad para respirar y deterioro cognitivo durante meses o incluso años después de la infección. Uno de los problemas más comúnmente reportados es la “niebla mental”, durante la cual las personas encuentran problemas con el pensamiento, la concentración y la memoria.

Un nuevo estudio buscó encontrar proteínas asociadas con la confusión mental que, por lo tanto, podrían usarse como biomarcadores. Los investigadores utilizaron datos de los participantes en el estudio PHOSP-COVID , con sede en el Reino Unido, incluidos los análisis de sangre de 1.837 personas que habían sido hospitalizadas con COVID entre el 29 de enero de 2020 y el 20 de noviembre de 2021. 

Compararon esta información con los resultados de las evaluaciones cognitivas realizadas tanto por los médicos como por los propios informes de los pacientes. Realizadas seis y 12 meses después de la hospitalización, las evaluaciones midieron habilidades como la función ejecutiva, la recuperación de la memoria y la atención.

Mediante análisis estadístico, se identificaron dos biomarcadores potenciales diferentes: niveles elevados de la proteína fibrinógeno y un nivel elevado de dímero D, un fragmento de proteína. Ambas moléculas están implicadas en la coagulación sanguínea, lo que dio a los investigadores una pista sobre una posible causa de la confusión mental asociada a la COVID.

“Tanto el fibrinógeno como el dímero D participan en la coagulación sanguínea, por lo que los resultados respaldan la hipótesis de que los coágulos sanguíneos son una causa de problemas cognitivos posteriores a la COVID”, dijo el autor del estudio, el Dr. Maxime Taquet, en un comunicado.

Los hallazgos también se replicaron utilizando datos de los registros médicos electrónicos de pacientes en los EE. UU.

En cuanto a cómo la coagulación relacionada con estas proteínas podría provocar confusión mental, Taquet explicó:

“El fibrinógeno puede estar actuando directamente sobre el cerebro y sus vasos sanguíneos, mientras que el dímero D a menudo refleja coágulos de sangre en los pulmones y los problemas en el cerebro pueden deberse a la falta de oxígeno. En línea con esta posibilidad, las personas que tenían niveles altos de dímero D no sólo tenían un mayor riesgo de confusión mental, sino también un mayor riesgo de problemas respiratorios”.

Aunque los investigadores esperan que los resultados del estudio proporcionen una base sólida para comprender los mecanismos detrás de la confusión mental posterior a la COVID, se reconoce que llevará tiempo hasta que haya un impacto clínico. 

“El objetivo final es poder prevenir y revertir los problemas cognitivos que se observan en algunas personas tras la infección por COVID-19. Aunque nuestros resultados son un avance significativo en la comprensión de la base de estos síntomas, se necesita más investigación sobre las causas y efectos antes de proponer y probar intervenciones”, concluyó Tacquet.