La noticia de la muerte de Gene Hackman, ícono de Hollywood, y su esposa Betsy Arakawa en febrero de 2025 estremeció al mundo, pero lo que parecía una tragedia cerrada ha tomado un rumbo inesperado que desafía la narrativa inicial.

Un médico asegura que Betsy lo contactó un día después de la fecha oficial de su fallecimiento, mientras el destino de su perra Zinna, encontrada sin vida en una jaula, revela el colapso silencioso de la pareja en sus últimos días.
Con más de 5 millones de menciones en redes sociales en 2025 bajo #HackmanMystery y una fortuna de 80 millones de dólares en el trasfondo, este caso ha pasado de ser un obituario a un enigma que mezcla salud, aislamiento y lealtad animal. A continuación, desentrañamos este giro sorprendente, qué pasó con el perro y cómo esta historia podría cambiar lo que creíamos saber sobre sus últimos momentos.
Una cronología que parecía clara
Todo comenzó el 26 de febrero de 2025, cuando un empleado de mantenimiento encontró los cuerpos de Gene Hackman, de 95 años, y Betsy Arakawa, de 65, en su casa de Santa Fe, Nuevo México. El forense estableció que Betsy murió el 11 de febrero de hantavirus, una infección rara transmitida por roedores, mientras Hackman falleció alrededor del 18 de febrero por enfermedad cardiovascular y complicaciones de Alzheimer avanzado, según datos de su marcapasos y autopsias preliminares.
Junto a ellos, su perra Zinna yacía muerta en una jaula, víctima de inanición y deshidratación, mientras otros dos perros, Bear y Nikita, sobrevivieron gracias a una puerta giratoria que les dio acceso al exterior. La imagen era desoladora: Hackman, perdido en su demencia, no pudo cuidar de sí mismo ni de Zinna tras la muerte de Betsy, y ambos sucumbieron días después. Pero una nueva pista ha puesto en jaque esta línea temporal.
El testimonio que lo cambia todo
El Dr. Josiah Child, médico de Cloudberry Health en Santa Fe, arrojó una bomba al afirmar que Betsy Arakawa lo llamó el 12 de febrero para agendar una cita médica, un día después de la fecha oficial de su muerte. Según reportes, Betsy pidió un ecocardiograma para Hackman y confirmó una consulta para esa tarde, sin mostrar signos de distress respiratorio agudo, típico del hantavirus en su fase final.
Este dato, publicado por medios como 20minutos.es y Marca USA, contradice la autopsia inicial, que fijó el 11 de febrero como el día del deceso de Betsy tras ser vista en una farmacia y un mercado ese mismo día. Si Child está en lo cierto, Betsy pudo haber sobrevivido más tiempo, retrasando el inicio del abandono de Hackman y Zinna, lo que sugiere un error forense o una progresión más lenta del hantavirus. La policía aún no valida esta llamada, pero el testimonio ha generado 500,000 publicaciones en X en una semana, con teorías que van desde fallos médicos hasta conspiraciones.
Zinna: la víctima olvidada del caos
Mientras el debate sobre Betsy crece, el destino de Zinna, la kelpie australiana de 12 años, está dolorosamente claro. El informe veterinario del Departamento de Agricultura de Nuevo México confirmó que murió de inanición y deshidratación, atrapada en una jaula tras una cirugía el 9 de febrero, incapaz de acceder a comida o agua tras la muerte de sus dueños. Su cuerpo, hallado en un armario del baño cerca de Betsy, mostraba signos de momificación, indicando días sin atención.
Los otros perros, Bear (pastor alemán) y Nikita (pastora Akita), sobrevivieron al aire libre, guiando incluso a los rescatistas al cuerpo de Hackman. Zinna, sin embargo, no tuvo escapatoria; su muerte refleja el deterioro mental de Hackman, quien, según la autopsia, no comió pero sí tomó líquidos en sus últimos días, incapaz de liberar o alimentar a su mascota. Este detalle ha conmovido a miles, con 100,000 firmas en una petición de Change.org en 2025 pidiendo mejores sistemas de cuidado para animales en hogares vulnerables.
¿Qué pasó realmente con Betsy y el hantavirus?
El hantavirus, con una letalidad del 38% según el CDC, mata rápido: fiebre, fatiga y dificultad respiratoria en días. La autopsia de Betsy halló líquido en sus pulmones, típico de esta infección, pero la llamada del 12 de febrero sugiere que no estaba en fase terminal el 11, como afirmó el forense. ¿Pudo el virus actuar más lento? ¿O hubo un error en la fecha?
La casa mostraba signos de infestación de roedores, respaldando la hipótesis del hantavirus, pero la ausencia de síntomas graves en la supuesta llamada plantea dudas. Algunos expertos sugieren que Betsy pudo haber muerto el 12 o 13 de febrero, acortando el tiempo que Hackman estuvo solo, aunque la momificación de su cuerpo indica al menos 10-14 días desde el deceso. Pastillas halladas cerca de ella descartaron sobredosis, pero el misterio persiste, alimentado por la falta de cámaras o testigos en su aislada residencia.
El ocaso de Hackman: atrapado en el Alzheimer
Para Gene Hackman, el giro cambia poco su final, pero lo hace más trágico. Su marcapasos registró actividad hasta el 17-18 de febrero, y su autopsia no mostró deshidratación severa, sugiriendo que bebió agua pero no comió, perdido en un Alzheimer que lo desconectó de la realidad. Encontrado en el vestíbulo, lejos de Betsy en el baño, su estado mental explica por qué no buscó ayuda ni cuidó a Zinna.
Un estudio en Alzheimer’s Association (2024) estima que el 60% de los pacientes viven solos en algún momento, y este caso ilustra los riesgos: Hackman, una leyenda de 95 años con dos Oscars, murió en silencio, ajeno a la pérdida de su esposa y su mascota. Su fortuna de 80 millones, destinada a Betsy y ahora en disputa por sus hijos, añade un eco financiero a la tragedia.
Por qué este caso nos sacude
Este giro ha convertido un luto en un fenómeno global. #HackmanMystery superó los 2 millones de menciones en 48 horas tras el testimonio de Child, con debates sobre salud pública, demencia y bienestar animal. Healthline (17 de marzo de 2025) lo llamó “un espejo de los peligros del aislamiento”. El hantavirus afecta a 200 personas al año en EE.UU., pero su rareza y letalidad lo hacen temido, y el Alzheimer agrava estas crisis al silenciar a quienes podrían pedir ayuda.
La muerte de Zinna ha tocado fibras sensibles, recordando que 1 de cada 6 mayores vive solo (OMS, 2024), y sus mascotas a menudo pagan el precio. Es una historia que trasciende Hollywood, tocando temas universales de vulnerabilidad y conexión.
Lecciones para protegernos
Este caso nos deja lecciones prácticas. Revisa tu hogar por roedores: el hantavirus se inhala en polvo contaminado; usa mascarillas al limpiar sótanos o garajes. Si convives con alguien con demencia, instala sensores de movimiento o alarmas automáticas; podrían haber alertado a alguien. Para mascotas en jaulas, usa dispensadores automáticos de agua y comida; Zinna pudo haber sobrevivido días más.
Haz chequeos médicos regulares; el hantavirus se detecta con análisis de sangre en 48 horas, y el diagnóstico precoz reduce riesgos. Mantén una red de apoyo: Hackman y Arakawa estaban aislados, y nadie notó su ausencia por semanas. Un vecino o familiar atento cambia todo.
Un enigma que sigue abierto
El giro sobre Betsy Arakawa y la muerte de Zinna han transformado esta historia en un rompecabezas vivo. Si Betsy vivió hasta el 12 o 13 de febrero, el hantavirus pudo ser más lento, y Hackman estuvo menos tiempo solo, pero la verdad exacta sigue en el aire. En un mes, nuevos análisis toxicológicos o registros telefónicos podrían aclararlo, mientras la herencia de Hackman aviva el interés.
Por ahora, este caso es un recordatorio: la vida, incluso la de una estrella, puede desmoronarse en silencio. La próxima vez que pienses en una leyenda como Hackman, imagina a Zinna esperando en su jaula y a Betsy haciendo una última llamada. ¿Qué más nos dirá esta historia?