Gene Hackman, ícono de Hollywood, y su esposa Betsy Arakawa fueron hallados sin vida en su hogar en Santa Fe en febrero de 2025. Sus muertes, aunque naturales, dejaron un rastro de enigmas. A pesar de las investigaciones, hay preguntas que persisten, envueltas en el misterio de sus últimos días.

Un final inesperado para una pareja reservada
Gene Hackman, ganador de dos premios Óscar, era una leyenda del cine. Películas como The French Connection y Unforgiven lo inmortalizaron. A los 95 años, vivía retirado junto a Betsy Arakawa, una pianista clásica de 65 años. Su vida en Santa Fe era un refugio de privacidad.
La pareja, casada desde 1991, evitaba los reflectores. Vivían en una mansión de estilo pueblo, rodeados de montañas. Amigos los describían como inseparables, disfrutando de una rutina tranquila. Pero algo cambió en febrero de 2025. Sus cuerpos, junto al de uno de sus perros, fueron encontrados en un escenario inquietante.
El 26 de febrero, un trabajador de mantenimiento dio la alerta. Al no obtener respuesta, la seguridad del vecindario miró por una ventana. Lo que vieron fue devastador. Hackman y Arakawa estaban muertos, en habitaciones separadas, con signos de descomposición. El misterio comenzó a desentrañarse, pero no sin dejar sombras.
Las causas oficiales: dos tragedias distintas
Las autopsias ofrecieron respuestas parciales. Betsy Arakawa murió de hantavirus pulmonar. Esta rara enfermedad, transmitida por roedores, provoca fiebre, fatiga y dificultad respiratoria. Hackman, una semana después, sucumbió a una enfermedad cardíaca. Su Alzheimer avanzado complicó su salud, según los médicos.
Arakawa probablemente falleció el 12 de febrero. Su última actividad conocida fue una llamada a una clínica médica. Hackman, según su marcapasos, vivió hasta el 18 de febrero. Las autoridades creen que, debido a su demencia, es posible que no supiera que su esposa estaba muerta.
El hantavirus de Arakawa sorprendió a todos. No había roedores en la casa, solo en edificaciones externas. La pareja mantenía su hogar impecable, lo que hace extraño el contagio. ¿Cómo contrajo Betsy esta enfermedad tan rara? Esta pregunta sigue sin respuesta clara.
Un escenario lleno de pistas confusas
El descubrimiento de los cuerpos fue perturbador. Arakawa yacía en un baño, cerca de un calentador y pastillas de tiroides esparcidas. No eran drogas letales, pero el desorden intrigó a los investigadores. Hackman fue encontrado en una sala de entrada, con su bastón y gafas cerca. Ambos parecían haber caído repentinamente.
Uno de sus tres perros, Xena, también estaba muerto. La necropsia sugirió deshidratación y hambre, no hantavirus. Dos perros sobrevivieron, uno dentro y otro fuera. Este contraste plantea dudas. ¿Por qué solo un perro murió? La respuesta podría estar en el tiempo que pasaron solos.
La casa no mostraba signos de violencia. No había intrusos, fugas de gas ni robos. Todo estaba en orden, excepto los cuerpos. La puerta principal estaba entreabierta, lo que añadió sospechas iniciales. Pero los investigadores descartaron un crimen. Aun así, el escenario no encaja del todo.
La última semana de Hackman: ¿qué pasó?
Hackman vivió solo tras la muerte de Arakawa. Su Alzheimer avanzado lo dejaba en un estado frágil. ¿Cómo sobrevivió una semana sin ayuda? Los médicos creen que no era consciente del fallecimiento de Betsy. Esta idea es tan trágica como desconcertante.
No hubo comunicaciones salientes después del 12 de febrero. Arakawa había cancelado una cita médica para cuidar a Hackman, quien tenía síntomas gripales. Ella buscó información sobre Covid y gripe en internet. Pero nunca llegó a la clínica. ¿Por qué no insistió en buscar ayuda?
Hackman no contactó a nadie. Su marcapasos mostró actividad hasta el 18 de febrero, pero no hay registros de su estado mental. ¿Estaba perdido en su demencia, incapaz de actuar? La imagen de un hombre solo, rodeado de muerte, es un enigma que duele imaginar.
El hantavirus: un enemigo invisible
El hantavirus es extremadamente raro. En Estados Unidos, se reportan menos de 50 casos al año. Santa Fe, con roedores en áreas rurales, no es un foco común. La casa de la pareja no tenía rastros de ratones, pero sí había heces en cobertizos externos. ¿Fue suficiente para infectar a Arakawa?
Los síntomas pueden tardar semanas en aparecer. Arakawa pudo haber estado enferma desde enero, sin saberlo. Su búsqueda de información médica sugiere que sentía malestar. Pero no hay evidencia de que sospechara algo tan grave. ¿Por qué no buscó atención antes? Esta decisión sigue siendo un misterio.
El perro muerto añade más dudas. Xena estaba en una jaula, cerca de Arakawa. ¿Estaba enfermo antes, o murió por abandono? Los otros perros, sanos, sugieren que no todos estuvieron expuestos al mismo riesgo. El hantavirus no afecta a perros, pero el contexto es confuso.
Las preguntas que persisten
La privacidad de la pareja complica las respuestas. Hackman y Arakawa eran reclusos, con pocos contactos. Nadie notó su ausencia por semanas. Los trabajadores de mantenimiento, que los vieron por última vez dos semanas antes, no sospechaban nada. ¿Por qué nadie los buscó antes?
El testamento de Hackman genera intriga. Dejó su fortuna de 80 millones a Arakawa, excluyendo a sus tres hijos. Si Betsy murió primero, el testamento podría ser inválido. Esto ha llevado a disputas legales, con el hijo de Hackman contratando abogados. ¿Influyó esto en la investigación?
La falta de comunicación es otro enigma. Arakawa era la encargada de contactar al exterior. Cuando ella murió, Hackman quedó aislado. Su Alzheimer probablemente le impidió pedir ayuda. Pero, ¿y antes? ¿Por qué no alertaron a amigos o familiares sobre su deterioro?
¿Un descuido médico?
Arakawa buscó ayuda médica, pero no la recibió. Llamó a Cloudberry Health el 12 de febrero, pero no era paciente registrada. La clínica le pidió una cita en persona, que nunca ocurrió. Ella no respondió a las llamadas de seguimiento. ¿Fue un malentendido fatal?
Hackman también estaba enfermo. Su esposa mencionó síntomas gripales en un correo a su masajista. Un test de Covid fue negativo, pero no buscaron más pruebas. La demencia de Hackman y el hantavirus de Arakawa complicaron todo. ¿Pudo un diagnóstico temprano salvarlos?
La clínica no insistió tras la falta de respuesta. En una comunidad cerrada, con una pareja mayor y enferma, esto parece un fallo. ¿Quién debió hacerse responsable? La privacidad de los Hackman pudo haber sido su peor enemiga.
Un legado marcado por el misterio
Gene Hackman fue más que un actor. Su carrera, desde Bonnie and Clyde hasta The Royal Tenenbaums, definió una era. Betsy Arakawa, con su talento musical, fue su compañera ideal. Su muerte conjunta, aunque explicada, no cierra todas las heridas.
Morgan Freeman lo despidió en los Óscar de 2025. “Gene siempre quiso ser recordado por su buen trabajo”, dijo. Pero su final es más que una nota al pie. Las preguntas sin respuesta, desde el hantavirus hasta la soledad de Hackman, persiguen a sus fans.
La pareja vivió para estar juntos. Su hogar en Santa Fe era su santuario. Pero ese mismo aislamiento los dejó vulnerables. La tragedia de sus muertes no es solo médica; es un recordatorio de lo frágil que es la vida, incluso para los más grandes.
Las sombras que no se disipan
No habrá respuestas completas. La demencia de Hackman, el hantavirus de Arakawa y el perro muerto son piezas de un rompecabezas incompleto. Cada detalle abre más preguntas. ¿Fue el hantavirus un accidente improbable? ¿Por qué nadie intervino antes?
Santa Fe guarda sus secretos. La mansión, con vistas a las Montañas Rocosas, es ahora un símbolo de pérdida. Hackman y Arakawa se fueron en silencio, pero su historia resuena. Sus muertes, naturales pero extrañas, nos dejan preguntándonos qué pudo haber sido diferente.
El cine perdió a un titán. Pero el misterio de sus últimos días vivirá más allá de los créditos finales. Gene y Betsy, juntos hasta el final, se llevaron respuestas que nunca conoceremos. Su legado, sin embargo, sigue brillando.