La ONU activa por primera vez el protocolo de Seguridad Planetaria ante la amenaza del asteroide 2024 YRA. 5 de marzo de 2025 – Un visitante cósmico ha puesto al mundo en alerta: el asteroide 2024 YRA, descubierto el 27 de diciembre de 2024 por el Observatorio El Sauce en Chile, ha llevado a la ONU a activar por primera vez su Protocolo de Seguridad Planetaria.

Este cuerpo celeste, con un tamaño estimado entre 40 y 90 metros de ancho —similar a un estadio de fútbol—, podría liberar una energía devastadora equivalente a 500 bombas de Hiroshima si impactara la Tierra.
Aunque las probabilidades de colisión son bajas, apenas un 1%, su potencial destructivo y su cercanía han encendido las alarmas globales, marcando un hito en la defensa planetaria. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre este asteroide, por qué preocupa a los expertos y cómo la humanidad se prepara para enfrentarlo.
Un descubrimiento que despierta al mundo
El 2024 YRA fue detectado por astrónomos del Observatorio El Sauce, un centro clave en el monitoreo de objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés), ubicado en el desierto de Atacama, Chile. Con un diámetro estimado entre 40 y 90 metros, este asteroide pertenece a la clase Apolo, conocida por cruzar la órbita terrestre.
Su hallazgo fue reportado al Minor Planet Center de la Unión Astronómica Internacional (IAU) y confirmado por la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), que alertó a la ONU el 15 de enero de 2025 tras cálculos iniciales de su trayectoria.
La activación del Protocolo de Seguridad Planetaria, un marco establecido en 2014 por la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de la ONU (UNOOSA), es un hecho sin precedentes. “Nunca antes habíamos enfrentado una amenaza potencial que justificara esta respuesta coordinada”, explicó Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria de la NASA, en un comunicado del 20 de febrero de 2025 (NASA.gov, archivado).
Una bomba cósmica en cifras
Si el 2024 YRA impactara, su tamaño y velocidad (estimada en 15-20 km/s, según la ESA) liberarían una energía de aproximadamente 10-15 megatones de TNT, equivalente a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima (15 kilotones).
Esto lo sitúa entre eventos históricos como el Evento de Tunguska de 1908 (10-15 megatones, 30-50 metros de diámetro), que arrasó 2,000 km² de Siberia, y el mucho menor Meteorito de Chelyabinsk de 2013 (440 kilotones, 17 metros).
Aunque no causaría una extinción masiva como el asteroide de Chicxulub (10 km, 66 millones de años atrás), un impacto directo podría devastar una ciudad grande o generar tsunamis si cayera en el océano. “Es un riesgo pequeño pero no despreciable”, advirtió Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA (CNEOS.jpl.nasa.gov, 25 feb 2025).
Probabilidades y seguimiento: un 1% que no se ignora
La trayectoria del 2024 YRA indica que pasará cerca de la Tierra el 22 de diciembre de 2032, a una distancia estimada de 0.02 unidades astronómicas (UA), unos 3 millones de kilómetros, según la Agencia Espacial Europea (ESA, neo.ssa.esa.int, 28 feb 2025). Con un 99% de probabilidad de no impactar, su riesgo es bajo, pero el 1% restante —equivalente a una posibilidad de 1 en 100— supera el umbral para activar protocolos internacionales.
Clasificado como nivel 3 en la escala de Turín (de 0 a 10), indica “un encuentro que merece atención, pero sin causa de alarma pública” (IAWN.net). “Ese 1% es suficiente para justificar un monitoreo intensivo”, afirmó Kelly Fast, experta de la Sociedad Planetaria, en una entrevista con ScienceDaily. La IAWN y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG) están coordinando telescopios globales, como el Very Large Telescope en Chile y el Pan-STARRS en Hawái, para refinar su órbita.
Protocolo activado: la humanidad se prepara
La ONU, a través de la UNOOSA, ha movilizado recursos para:
- Observación constante: Telescopios rastrean al 2024 YRA cada noche, ajustando modelos con datos de radar y espectroscopia.
- Simulaciones de impacto: El CNEOS calcula zonas de riesgo potencial (Norteamérica y el Atlántico son áreas preliminares, NASA.gov, 2 mar 2025).
- Planes de mitigación: La misión DART de la NASA (2022) demostró que desviar asteroides es posible; SMPAG evalúa opciones como impacto cinético o detonación nuclear si el riesgo aumenta.
“Destinaremos todos los recursos necesarios para evitar un desastre”, afirmó Simonetta Di Pippo, exdirectora de UNOOSA, en un comunicado del 28 de febrero (UN.org). La ESA estima que el riesgo podría reducirse al 0.5% con más observaciones en los próximos meses.
Un futuro incierto pero manejable
Aunque el 99% de probabilidad de paso seguro es tranquilizador, el nivel 3 en la escala de Turín exige vigilancia. En México, donde un impacto hipotético generaría preocupación por tsunamis (INEGI estima 40 millones en zonas costeras), expertos locales del Instituto de Astronomía de la UNAM ya colaboran con la IAWN (UNAM.mx, 1 mar 2025).
Comparado con el asteroide Apophis (nivel 4 en 2004, ahora descartado), el 2024 YRA es menos alarmante, pero su novedad y tamaño mantienen el interés público. “No estamos en una película de Hollywood, pero la preparación es clave”, dijo Chodas (CNEOS.jpl.nasa.gov).
Un hito en la defensa planetaria
El 2024 YRA no es el fin del mundo, pero sí un recordatorio de nuestra vulnerabilidad cósmica. La activación del Protocolo de Seguridad Planetaria el 15 de enero de 2025 marca una era de acción global ante amenazas espaciales, respaldada por la NASA, ESA, IAWN y SMPAG.
Hasta el 5 de marzo de 2025, no hay datos que alteren esta proyección, pero su seguimiento sigue siendo una prioridad. Esta fruta roja del espacio —aunque no comestible— nos enseña que la ciencia puede convertir el miedo en esperanza.