Revelan entrevista inédita del Papa Francisco que pidió no ser dada a conocer hasta su muerte

El 22 de abril de 2025, un día después del fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años, la televisión argentina emitió una entrevista inédita que el Pontífice pidió mantener en reserva hasta su muerte. Grabada el 6 de febrero de 2018 en el Palacio Apostólico, esta charla de más de 50 minutos con el periodista argentino Nelson Castro ofrece una mirada íntima a la vida de Jorge Mario Bergoglio, revelando detalles sobre su salud mental y física, sus neurosis, su experiencia en el Cónclave de 2013 y su profunda sensibilidad hacia el sufrimiento humano.

Presentada en fragmentos en un programa de gran audiencia en Argentina, la entrevista, basada en reportes de Vatican News y declaraciones de Castro, ilumina facetas desconocidas del primer Papa latinoamericano.

Un encuentro inesperado con Nelson Castro

La génesis de esta entrevista se remonta a 2017, cuando Francisco, tras leer el libro de Castro Enfermos de poder, lo abordó en la Plaza de San Pedro con una propuesta audaz: “Usted tiene que escribir un libro sobre la salud de los papas, y yo le hablaré de mis neurosis”. Este intercambio dio lugar a la audiencia de 2018, inicialmente programada para 20 minutos, pero que se extendió a casi una hora por la franqueza del Papa.

La entrevista, que sirvió de base para el libro de Castro La salud de los papas (2021), fue grabada con la condición de no publicarse hasta después de su muerte. “Nunca creí que esta entrevista se haría, pero se hizo”, confesó Castro al presentarla, mientras cubría los eventos posteriores al fallecimiento de Francisco.

Confesiones sobre salud mental: La psiquiatra que marcó su vida

Uno de los momentos más impactantes de la entrevista es la revelación de Francisco sobre su salud mental. Durante seis meses en la década de 1970, en plena dictadura militar argentina (1976-1983), consultó a una psiquiatra, identificada por fuentes como la doctora Rubel. Como provincial de los jesuitas, Bergoglio enfrentaba la pesada responsabilidad de proteger a personas perseguidas por el régimen, lo que generó miedos y decisiones complejas. “Había cosas que no sabía manejar bien”, admitió. La psiquiatra, a quien describió como una “gran mujer”, le proporcionó herramientas prácticas para gestionar sus temores y clarificar “ciertos mecanismos” emocionales.

Francisco también abordó sus neurosis con un enfoque casi poético: “Hay que cebarle mate a la neurosis, acariciarla. Son compañeras de toda la vida”. Identificó su “neurosis ansiosa” como una impulsividad por resolver todo “ya y ahora”, y compartió estrategias para contrarrestarla, como escuchar música de Bach o recordar el proverbio: “Vísteme despacio, que estoy apurado”. En un mensaje a los sacerdotes, subrayó la importancia de la psicología en la pastoral: “Todo cura debería estudiar psicología para entender mejor a las personas”.

El Cónclave de 2013: Una elección en paz

La entrevista ofrece un relato fascinante del Cónclave de 2013, que eligió a Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI. Francisco describió el proceso con una serenidad sorprendente. “No, para nada. Una paz”, respondió cuando Castro le preguntó si anticipaba su elección. Relató que las primeras votaciones fueron “dispersas” y que durmió “fenómeno” la noche previa, incluso tomando una siesta antes de la votación decisiva. Durante el almuerzo, notó que varios cardenales se acercaban a hablarle, lo que le hizo intuir que “algo podía pasar”.

El momento clave llegó en la tercera votación de la tarde, cuando el cardenal Claudio Hummes, sentado a su lado, le susurró: “No te preocupes, el Espíritu Santo actúa así”. Tras ser elegido, Hummes lo abrazó y le dijo: “No te olvides de los pobres”. Estas palabras resonaron profundamente, inspirando a Bergoglio a elegir el nombre Francisco, en honor a San Francisco de Asís. “Pobres, pobres… ¡San Francisco! Y ahí me vino el nombre”, recordó, ofreciendo una ventana al instante que definió su pontificado.

Salud física: Disciplina frente a la adversidad

Francisco también habló con franqueza sobre su salud física, detallando dolencias que reflejan su resiliencia. Mencionó un desequilibrio entre el páncreas y el hígado, que lo obligó a seguir una dieta estricta, y problemas de columna por una estrechez intervertebral entre la cuarta y quinta vértebra lumbar, además de entre esta y el sacro. Su pie plano, que lo hacía caminar “como gallina clueca”, y un episodio de hígado graso, superado con dieta, completan su historial. Relató dos cirugías importantes: la extirpación del lóbulo superior del pulmón derecho a los 21 años por quistes y la remoción de la vesícula durante su etapa como jesuita.

A pesar de estas limitaciones, Francisco mantenía una rutina disciplinada: se acostaba a las 21:00, leía hasta las 22:00, y se levantaba a las 4:00 sin despertador. “Duermo como un tronco”, afirmó, destacando que no necesitaba medicación para descansar y que sus sueños eran “cosas lindas” o recuerdos. Esta fortaleza física y mental sostuvo sus 12 años de pontificado, marcados por un compromiso incansable con los marginados.

El dolor ajeno: La mayor aflicción de Francisco

Castro también exploró los momentos de tristeza en la vida del Papa. “Sí, he tenido muchas”, respondió Francisco, citando pérdidas personales, como la muerte de sus padres, y períodos históricos difíciles, probablemente en alusión a la dictadura argentina.

Sin embargo, enfatizó la importancia de enfrentar el sufrimiento con autenticidad, sin dejar que consuma el espíritu. Cuando se le preguntó qué lo afligía, su respuesta fue contundente: “El dolor ajeno”. El sufrimiento de los niños hambrientos y los ancianos abandonados lo conmovía profundamente, reflejando la empatía que guió su pontificado.

Un legado de humanidad y transparencia

La difusión de esta entrevista, apenas un día después de la muerte de Francisco, ha conmovido a millones de personas en todo el mundo. En plataformas como X, usuarios han destacado la humildad y vulnerabilidad del Papa al compartir detalles tan personales, desde su consulta con una psiquiatra hasta su experiencia en el Cónclave.

La entrevista no solo humaniza a Bergoglio, sino que también refuerza su legado como un líder que rompió barreras al hablar abiertamente de salud mental y sufrimiento, temas tabú en contextos religiosos.

Mientras el Vaticano se prepara para el Cónclave de mayo de 2025, esta charla póstuma resuena como un testamento espiritual de Francisco. Sus palabras, llenas de sabiduría y sensibilidad, ofrecen una última lección: la fortaleza no está en ocultar las debilidades, sino en abrazarlas para conectar con los demás.

Para los 1.300 millones de católicos, esta entrevista es un recordatorio del Papa que eligió el nombre de Francisco para no olvidar nunca a los pobres.