Finalmente podemos saber por qué los humanos tienen cerebros tan grandes

El tamaño del cerebro humano se ha triplicado aproximadamente en los últimos cuatro millones de años de evolución de los homínidos, pero los factores que impulsan esta expansión encefálica no se comprenden del todo. Al intentar resolver este enigma, un biólogo muy inteligente ha ideado un modelo informático que recrea el desarrollo de nuestro artilugio cognitivo, revelando que el cerebro humano puede deber su tamaño a nuestro patrón de maduración sexual.

Al presentar los hallazgos del modelo en un estudio aún no revisado por pares, Mauricio González-Forero de la Universidad de St Andrews dice que las explicaciones existentes para el auge del cerebro humano no explican con precisión el tamaño preciso del cerebro.

Por ejemplo, si bien a menudo se postula que una carrera armamentista evolutiva empuja a las especies hacia capacidades cognitivas más altas y, por lo tanto, cerebros más grandes, González-Forero afirma que “las carreras armamentistas no logran producir cerebros y cuerpos evolutivamente estables del tamaño de los humanos, dados sus costos metabólicos”.

En otras palabras, hacer crecer un cerebro tiene un precio y restringe la cantidad de energía disponible para el desarrollo de otros tipos de tejidos. Por lo tanto, en el escenario de la carrera armamentista, habría sido imposible para nuestra especie desarrollar un cerebro tan grande y al mismo tiempo disfrutar de cuerpos tan magníficos.

Para superar esto, González-Forero ha creado un modelo informático que integra dinámicas evolutivas y de desarrollo para determinar los costes metabólicos asociados al crecimiento de diferentes tipos de tejidos. Utilizando este llamado “marco de dinámica evo-devo”, el autor demuestra que el tamaño del cerebro y del cuerpo de siete especies diferentes de homínidos se puede reconstruir con precisión.

Empezando por el Australopithecus afarensis -especie a la que pertenece la famosa Lucy- y siguiendo hasta el Homo sapiens, González-Forero revela que el tamaño del cerebro siempre depende de la edad de maduración sexual. Más específicamente, a medida que aumenta la edad de desarrollo sexual, también aumenta el tamaño del cerebro.

Tomando como ejemplo a los humanos modernos, el autor muestra que la aparición relativamente tardía de los folículos ováricos en las mujeres permite una enorme expansión del tamaño del cerebro durante la infancia. Como resultado, el cerebro humano adulto es seis veces más grande de lo que normalmente se esperaría de un organismo de nuestro tamaño corporal.

“Este enfoque de dinámica evo-devo permite un análisis más profundo que muestra que la expansión del cerebro de los homínidos se produce en el modelo debido a la selección directa del recuento de folículos y no del tamaño del cerebro”, escribe el investigador. Dicho de otra manera, el modelo de González-Forero demuestra que nuestros enormes cerebros no son producto de una carrera armamentista evolutiva para volverse más inteligentes, sino que son un subproducto de nuestro retraso en el desarrollo sexual.