El 28 de abril de 2025, un apagón masivo sumió a gran parte de Europa en el caos, dejando a millones sin electricidad en España, Portugal, Andorra y el sur de Francia. Desde las 12:30 p.m. (CET), el colapso de la red eléctrica europea provocó la paralización de aeropuertos, metros, hospitales y comercios, generando escenas de confusión y desesperación en ciudades como Madrid, Lisboa, Barcelona y Sevilla.

Con un impacto que afectó a más de 60 millones de personas en la Península Ibérica, este evento, descrito como “excepcional y extraordinario” por Red Eléctrica, ha expuesto la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica europea. Basado en reportes de Euronews, Reuters, The Guardian, Político y publicaciones en X, este artículo detalla las causas, consecuencias y el camino hacia la recuperación de uno de los mayores apagones en la historia reciente del continente.
Un colapso repentino que paralizó la Península Ibérica
El apagón comenzó alrededor de las 11:33 GMT (12:33 hora local en España y Portugal), cuando una “oscilación eléctrica masiva” en la red española, según Eduardo Prieto, director de Red Eléctrica, provocó una desconexión en cascada del sistema eléctrico ibérico de la red europea.
E-Redes, la operadora portuguesa, atribuyó el fallo a un “problema en la red eléctrica europea” originado fuera de Portugal, posiblemente en líneas de alta tensión en España. Aunque las autoridades descartaron inicialmente un ciberataque, la investigación continúa para determinar la causa exacta.
REN, la operadora energética portuguesa, señaló una hipótesis inicial: un “fenómeno atmosférico raro” conocido como vibración atmosférica inducida, provocado por variaciones extremas de temperatura en el interior de España. Estas habrían causado “oscilaciones anómalas” en líneas de alta tensión de 400 kV, desestabilizando la red interconectada europea.
Sin embargo, REN desmintió reportes sobre un “fenómeno atmosférico” no especificado, calificándolos de “noticias falsas” y generando confusión. Otra posible causa, según Hindustan Times, fue un incendio en el monte Alaric, en el suroeste de Francia, que destruyó un cable de alta tensión entre Perpignan y Narbona, aunque su impacto en el apagón general no está confirmado.
El impacto fue inmediato y devastador:
- Transporte: Los aeropuertos de Madrid-Barajas y Lisboa-Humberto Delgado cerraron, cancelando cientos de vuelos y dejando a miles de pasajeros varados. Los aeropuertos de Oporto y Faro operaron con generadores, pero con limitaciones. En España, Renfe evacuó a 30.000 pasajeros de 116 trenes varados, y los metros de Madrid, Lisboa, Oporto y Barcelona fueron evacuados, con pasajeros atrapados en túneles. Los semáforos dejaron de funcionar, causando caos vial en ciudades como Valencia y Sevilla.
- Salud: Hospitales en Madrid, como La Paz, y en Portugal, como Curry Cabral, recurrieron a generadores de emergencia, cancelando cirugías no urgentes y enfrentando riesgos por la pérdida de vacunas refrigeradas. El Instituto Nacional de Emergencias Médicas de Portugal activó planes de contingencia y pidió no saturar la línea 112.
- Comercios y servicios: Tiendas como Lidl e IKEA cerraron, y negocios como heladerías y carnicerías reportaron pérdidas de productos perecederos. Cajeros automáticos y sistemas de pago electrónico colapsaron, y las redes móviles sufrieron interrupciones severas, limitando las comunicaciones a datos parciales.
- Eventos: El torneo de tenis Madrid Open suspendió partidos, y los aficionados abandonaron las gradas a oscuras.
La respuesta de las autoridades

Los gobiernos de España y Portugal reaccionaron con rapidez, declarando emergencias nacionales. En España, el primer ministro Pedro Sánchez convocó una reunión de crisis en el Centro de Control de Red Eléctrica y pidió a la población “minimizar desplazamientos” y usar los móviles “responsablemente”.
El Ministerio del Interior desplegó 30.000 policías para mantener el orden, y regiones como Madrid, Andalucía y Extremadura solicitaron poderes de emergencia. En Portugal, el primer ministro Luís Montenegro expresó esperanzas de restaurar la energía “en las próximas horas”, mientras el Ministro de la Presidencia, António Leitão Amaro, señaló que el problema parecía originarse en la red de transporte española.
La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, se coordinó con las autoridades ibéricas y la ENTSO-E (Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad) para investigar el incidente.
António Costa, presidente del Consejo Europeo, descartó indicios de un ciberataque, aunque el Centro Nacional de Criptología de España y el Comando Conjunto del Ciberespacio siguen analizando posibles amenazas. Ucrania, con experiencia en apagones por ataques rusos, ofreció asistencia técnica a España, Portugal y Francia, según el ministro Andrii Sybiha.
Alcance y consecuencias
El apagón afectó a:
- España: Todo el país, con 47 millones de habitantes, sufrió cortes totales o parciales. La demanda eléctrica cayó de 27.500 MW a 15.000 MW a las 12:15 p.m., según Red Eléctrica.
- Portugal: Los 10.6 millones de habitantes enfrentaron un apagón nacional, con cortes en Lisboa, Oporto y el Algarve.
- Francia: El suroeste, especialmente el País Vasco francés, experimentó cortes breves, restaurados por la tarde, según RTE, la operadora francesa.
- Andorra: La totalidad del principado quedó sin electricidad.
- Otros países: Reportes no confirmados en X mencionaron afectaciones en Bélgica, Alemania y Países Bajos, pero las autoridades no han verificado estas afirmaciones.
Las consecuencias económicas son significativas. Refinerías de petróleo en España cerraron, y negocios como la heladería de Mariana Guzmán en Madrid reportaron pérdidas de “decenas de cubetas” de helado. Juan Muñoz, carnicero madrileño, expresó su preocupación por la carne almacenada: “Si esto dura horas, todo se echará a perder”. En Portugal, la empresa de agua EPAL advirtió sobre posibles interrupciones en el suministro, lo que llevó a compras de pánico de agua embotellada y generadores.
Progresos en la restauración
Hacia las 5:00 p.m. (CET), Red Eléctrica reportó la recuperación de energía en regiones como Cataluña, Aragón, País Vasco, Galicia, Asturias, Navarra, Castilla y León, Extremadura y Andalucía, alcanzando un 50% de la demanda habitual. En Portugal, el suministro comenzó a restablecerse en el centro de Lisboa y otras áreas urbanas. Sin embargo, Eduardo Prieto estimó que la restauración completa podría tomar entre 6 y 10 horas, extendiéndose hasta la medianoche o más allá en algunas zonas. REN advirtió que la red europea podría tardar hasta una semana en estabilizarse completamente debido a la magnitud del colapso.
Un evento raro con precedentes preocupantes

Los apagones masivos son inusuales en Europa, pero no inéditos. En 2003, un problema en una línea hidroeléctrica entre Italia y Suiza dejó a Italia sin luz durante 12 horas. En 2006, una sobrecarga en Alemania afectó a Francia, Italia, España y Marruecos. Estos incidentes expusieron la fragilidad de la red eléctrica interconectada, que, según Político, depende de una coordinación precisa para evitar efectos dominó. La creciente dependencia de fuentes renovables, como el 43% de la energía eólica y solar en España, añade complejidad, ya que las fluctuaciones climáticas pueden desestabilizar el sistema.
En X, la reacción fue inmediata. Usuarios como @SintextoMX informaron que las investigaciones descartaban un ciberataque, mientras que @shababaty especuló sobre un “sabotaje” y describió el caos en supermercados y bancos. @euronews reportó desde el aeropuerto de Oporto, donde el periodista Jeremy Wilks describió una situación “calma pero confusa”. Estas publicaciones reflejan el pánico inicial y la incertidumbre, aunque las autoridades instaron a no difundir rumores.
Lecciones y preguntas abiertas
El apagón del 28 de abril de 2025 ha puesto en el centro del debate la resiliencia de la red eléctrica europea. Expertos como Chenghong Gu, de la Universidad de Bath, explicaron a The Guardian que las vibraciones en las líneas de transmisión, causadas por temperaturas extremas o condiciones climáticas, pueden alterar parámetros clave como la impedancia, desencadenando fallos en cascada. La creciente digitalización también plantea riesgos de ciberataques, aunque no hay evidencia en este caso.
Mientras el Vaticano se prepara para el Cónclave y Europa enfrenta otras crisis, como la guerra en Ucrania, este apagón subraya la necesidad de invertir en infraestructura resistente y diversificar fuentes energéticas. La Comisión Europea ha prometido un análisis exhaustivo, pero por ahora, millones de europeos enfrentan las secuelas de un día que dejó al continente a oscuras. ¿Fue un fallo técnico, un fenómeno climático o algo más? La respuesta determinará el futuro de la red que sostiene a Europa.