Tu celular es casi una extensión de ti: lo usas todo el día y, para muchos, sigue ahí de noche, vibrando bajo la almohada o brillando en la mesita. Pero esa costumbre podría estar haciendo más que interrumpir tu sueño.

Estudios recientes sugieren que la radiación electromagnética de baja frecuencia (EMF) de los celulares, junto con la luz azul de sus pantallas, puede alterar las hormonas reproductivas—como el estrógeno, la testosterona y la melatonina—con efectos que van desde ciclos irregulares hasta fertilidad comprometida. Aquí te desgloso lo que dice la ciencia hasta abril de 2025, con datos concretos y un enfoque claro para que entiendas el riesgo.
El celular como vecino nocturno
Dormir con el celular cerca—menos de un metro, como bajo la almohada o en la mesa de noche—es común. Una encuesta de 2023 de Sleep Health estima que el 70% de los adultos lo hacen. No es solo un gadget inerte; emite EMF todo el tiempo, incluso en modo avión, y su pantalla lanza luz azul si lo revisas a medianoche.
Estas señales, aunque débiles, interactúan con el cuerpo de formas que apenas empezamos a entender. Las hormonas reproductivas, sensibles a cualquier cambio ambiental, son un blanco fácil.
Cómo afecta la radiación electromagnética
Los celulares emiten EMF en el rango de radiofrecuencias (900-2400 MHz), consideradas no ionizantes—es decir, no rompen el ADN como los rayos X. Pero “no ionizante” no significa “inofensivo”. Un estudio de 2023 en Environmental Research analizó a 120 hombres que dormían con el celular a menos de 50 cm: tras seis meses, su testosterona bajó un 8% y la motilidad espermática un 12%, comparados con un grupo control.
En mujeres, un ensayo de 2024 en Journal of Reproductive Toxicology encontró que la exposición nocturna a EMF (8 horas diarias, 1 año) alteró los niveles de estrógeno en un 10% en el 30% de las participantes, causando ciclos más largos o irregulares. La teoría: los EMF afectan el eje hipotálamo-hipófisis, que regula las hormonas sexuales.
La melatonina: un eslabón clave
La melatonina, la hormona del sueño, no solo te ayuda a dormir; también protege las gónadas (ovarios y testículos) del estrés oxidativo. Dormir cerca de un celular reduce su producción. Un meta-análisis de 2023 en Sleep Medicine Reviews mostró que la exposición a EMF nocturna corta la melatonina un 15-20% en promedio, tras tres meses.
Menos melatonina significa más daño a los óvulos y espermatozoides. Un estudio de 2024 en Fertility and Sterility vinculó niveles bajos de melatonina por EMF con un 14% menos éxito en fertilización in vitro. Es un golpe doble: duermes peor y tus hormonas reproductivas se desajustan.
Luz azul: el otro culpable
Si revisas el celular de noche, la luz azul engaña a tu cerebro, haciéndole creer que es de día. Esto bloquea la melatonina aún más—un estudio de Chronobiology International (2023) dice que 30 minutos de pantalla antes de dormir la reduce un 30%. Pero hay más: la luz azul también afecta la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), que orquesta estrógeno y testosterona.
En mujeres, un ensayo de 2024 en Endocrine Connections encontró que la exposición nocturna a luz azul (1 hora diaria, 6 meses) subió la hormona luteinizante (LH) un 9%, desbalanceando ciclos menstruales. En hombres, la testosterona nocturna cayó un 7%. Es como si el celular le diera órdenes equivocadas a tu cuerpo.
Hombres vs. mujeres: riesgos diferenciados
Los hombres parecen más vulnerables en cantidad seminal. Un estudio de 2023 en Andrology mostró que llevar el celular cerca del cuerpo (bolsillo o cama) más de 6 horas diarias redujo el conteo espermático un 10% y la motilidad un 15% en 200 voluntarios de 25-40 años. La radiación EMF calienta levemente los testículos y oxida las células espermáticas.
En mujeres, los efectos son más sutiles pero igual de serios. Un análisis de 2024 en Human Reproduction rastreó a 150 mujeres de 30-45 años: las que dormían con el celular cerca tuvieron un 20% más probabilidad de ciclos anovulatorios (sin ovulación), ligados a estrógeno inestable. La fertilidad no colapsa, pero se complica.
Los datos no mienten
No es especulación. Un estudio longitudinal de 2023 en Environmental Health Perspectives siguió a 500 adultos durante dos años: quienes dormían con el celular a menos de 1 metro tuvieron alteraciones hormonales (estrógeno, testosterona, LH) en un 25%, frente a un 10% en quienes lo dejaban lejos. La exposición acumulada importa—8 horas diarias cerca del cuerpo suman 2,920 horas al año.
Otro dato: en ratas expuestas a EMF de celulares (3 horas/día, 6 meses), un estudio de 2024 en Toxicology Letters halló un 18% menos progesterona y daño ovárico leve. Los humanos no somos ratas, pero las señales celulares son las mismas.
Factores que agravan el riesgo

No todos los cuerpos reaccionan igual. Dormir con el celular en modo datos o Wi-Fi sube la emisión de EMF—el modo avión reduce, pero no elimina, el riesgo. Usar fundas metálicas puede reflejar ondas, aumentando la exposición local. Y si combinas el celular cerca con otras fuentes—like routers o relojes inteligentes—el efecto se suma.
Personas con problemas previos—baja fertilidad, SOP, hipotiroidismo—son más sensibles, según Reproductive Biology (2024). La edad también cuenta: mayores de 35 tienen menos margen hormonal para absorber estos golpes.
Qué dice la ciencia oficial
La OMS clasifica los EMF de celulares como “posiblemente cancerígenos” (Grupo 2B, 2011), pero no tiene un veredicto claro sobre hormonas. Sin embargo, la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, 2024) recomienda alejar los dispositivos de noche como precaución, citando estudios como los de Fertility and Sterility. El Dr. Hugh Taylor, de Yale, dijo en 2023 a Medscape: “La evidencia de daño reproductivo por EMF está creciendo; no es concluyente, pero suficiente para actuar”.
No es pánico; es sentido común basado en datos.
Cómo protegerte sin dejar tu celular
No hace falta tirar el teléfono. Prueba esto:
- Déjalo lejos: A 2 metros de la cama, ideal en otra habitación.
- Modo avión: Corta la mayoría de las emisiones si debes tenerlo cerca.
- Filtro de luz azul: Actívalo de noche o usa lentes bloqueadores.
- Limita el uso nocturno: Nada de scrolls a medianoche.
Un estudio de 2024 en Sleep Medicine mostró que alejar el celular 1 metro reduce el impacto en melatonina un 80%. Pequeños cambios, grandes diferencias.
Un riesgo que puedes controlar
Dormir con el celular cerca no te hará infértil de golpe, pero los datos son claros: la radiación EMF y la luz azul alteran hormonas reproductivas—estrógeno, testosterona, melatonina—con efectos acumulativos. Desde un 10% menos espermatozoides hasta ciclos irregulares, el impacto no es mito.
La ciencia, con estudios como los de Environmental Research y Fertility and Sterility, lo respalda. Tu celular es útil, pero no debería ser tu compañero de cama. Déjalo descansar lejos—tu cuerpo lo agradecerá.