La idea de que los perros se parecen a sus dueños es una creencia popular arraigada en muchas culturas. A menudo, escuchamos comentarios como “son tal para cual” o “de tal palo, tal astilla” al ver a un dueño paseando a su mascota. Pero, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? ¿Existe evidencia científica que respalde esta noción?
¿Qué dice la ciencia?
Estudios científicos han abordado esta cuestión desde diferentes ángulos. En 2004, un estudio publicado en la revista Psychological Science encontró que las personas podían emparejar correctamente a los dueños con sus perros basándose únicamente en fotografías. Esta investigación sugiere que existe un parecido físico real entre perros y dueños, al menos en la percepción de los observadores.
Otro estudio realizado en Japón en 2013 analizó las similitudes faciales entre perros y dueños utilizando software de reconocimiento facial.
Los resultados revelaron que los participantes tendían a emparejar a los perros con sus dueños basándose en la similitud de los ojos. Esto sugiere que los ojos, como “ventanas del alma”, podrían ser un factor clave en el parecido percibido entre perros y dueños.
La elección de raza también podría desempeñar un papel importante
Un estudio publicado en 2015 en la revista PLOS ONE encontró que las personas tienden a elegir perros de razas que comparten características físicas con ellos mismos. Por ejemplo, las personas con rasgos faciales más suaves y redondeados podrían preferir razas como el Pug o el Bulldog Francés, mientras que aquellas con rasgos más angulosos podrían optar por razas como el Doberman o el Pastor Alemán.
Una similitud más allá de lo físico
Más allá del parecido físico, también se ha investigado la similitud en la personalidad. Un estudio publicado en 2019 en la revista Journal of Veterinary Behavior encontró que los perros y sus dueños tienden a compartir rasgos de personalidad como la extroversión, la amabilidad y la neuroticidad.
Esto sugiere que la convivencia y el vínculo emocional entre perros y dueños podrían influir en el desarrollo de personalidades similares.
Es importante destacar que no todos los estudios han encontrado evidencia concluyente de un parecido entre perros y dueños. Algunos investigadores argumentan que la percepción de similitud podría estar influenciada por factores subjetivos como el sesgo de confirmación o el deseo de vernos reflejados en nuestras mascotas.
En conclusión, aunque la ciencia no ha dado una respuesta definitiva a la cuestión del parecido entre perros y dueños, la evidencia disponible sugiere que existe una base real para esta creencia popular.
Tanto el parecido físico como la similitud en la personalidad parecen ser factores relevantes. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos subyacentes a este fenómeno.
En última instancia, la relación entre perros y dueños es compleja y multifacética. El parecido, ya sea físico o de personalidad, es solo una de las muchas dimensiones que conforman este vínculo especial. Lo que realmente importa es el amor, la compañía y el apoyo mutuo que perros y dueños se brindan, independientemente de cualquier parecido superficial.