El 28 de abril de 2025, España vivió un apagón histórico que dejó sin electricidad a 47 millones de personas, paralizando el país y afectando a Portugal, Andorra y partes del sur de Francia. Este colapso, que comenzó a las 12:33 p.m. (CET), sumió a ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla en el caos, con aeropuertos cerrados, trenes varados y hospitales en emergencia.

Mientras el país se recupera, las pérdidas económicas ascienden a miles de millones de euros, y las preguntas sobre la estabilidad del sistema eléctrico europeo se multiplican. Basado en información verificada de El Mundo, Red Eléctrica de España (REE), Reuters, El País, y publicaciones en X, este artículo ofrece una visión detallada del incidente, sus impactos y las advertencias ignoradas que lo precedieron.
Un colapso inédito
A las 12:33 p.m., la red eléctrica española sufrió una caída catastrófica, perdiendo el 60% de la demanda energética (de 26.695 MW a 15.970 MW) en segundos, según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Eduardo Prieto, director de Servicios a la Operación de REE, describió el evento como un “cero energético” causado por una “oscilación anómala en los flujos de potencia” que desconectó el sistema ibérico de la red europea. El apagón afectó a:
- España: Todo el territorio peninsular, salvo Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, que operan con sistemas aislados.
- Portugal: Los 10.6 millones de habitantes quedaron sin suministro.
- Francia: Breves cortes en el suroeste, especialmente el País Vasco francés.
- Andorra: Sin electricidad en todo el principado.
El impacto fue inmediato:
- Transporte: Madrid-Barajas y Lisboa-Humberto Delgado cancelaron cientos de vuelos. Renfe evacuó a 30.000 pasajeros de 116 trenes, y los metros de Madrid, Barcelona, Lisboa y Valencia fueron evacuados, con pasajeros atrapados en túneles. Los semáforos colapsaron, generando caos vial.
- Salud: Hospitales como La Paz (Madrid) y Hospital del Mar (Barcelona) operaron con generadores, suspendiendo cirugías no urgentes. Endesa priorizó a pacientes electrodependientes.
- Comercios: Supermercados cerraron, y negocios como carnicerías y heladerías perdieron productos perecederos. Los cajeros automáticos y pagos electrónicos dejaron de funcionar.
- Eventos: El Mutua Madrid Open suspendió partidos, con gradas vacías.
Respuesta y recuperación
El Gobierno español declaró el estado de emergencia, y Sánchez convocó al Consejo de Seguridad Nacional, instando a los ciudadanos a “evitar desplazamientos” y usar los móviles con moderación. El Ministerio del Interior desplegó 30.000 policías, y comunidades como Madrid, Andalucía y Extremadura activaron protocolos de crisis. En Portugal, el primer ministro Luís Montenegro creó una oficina de crisis, sugiriendo que el problema se originó en España.
REE comenzó la restauración a las 17:24 p.m., recuperando el suministro en Cataluña, Aragón, País Vasco, Galicia, Asturias, Navarra, Castilla y León, Extremadura y Andalucía, alcanzando el 50% de la demanda (12.034 MW). A las 18:45, Madrid, Valencia, Murcia y Castilla-La Mancha iniciaron su recuperación, con 700 MW importados de Francia. El 29 de abril a las 11:15 a.m., REE confirmó que el 99.16% de la demanda estaba restablecida, superando los 28.677 MW de la punta matutina.
Renfe ofreció reembolsos y viajes gratuitos en Cercanías, mientras Metro de Madrid normalizó la línea 7A. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) estimó pérdidas de 1.300 millones de euros para autónomos en bares y comercios, y la CEOE cifró el impacto total en el 0.1% del PIB.
Las causas: Un misterio bajo escrutinio

La causa exacta permanece bajo investigación, pero varias hipótesis han sido descartadas:
- Ciberataque: REE, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), y el Centro Criptológico Nacional (CCN) no encontraron indicios de ataques informáticos, a pesar de temores iniciales por ciberataques rusos en Europa. La vicepresidenta Teresa Ribera y el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, respaldaron esta conclusión.
- Fenómeno atmosférico: El operador portugués REN sugirió inicialmente un “fenómeno atmosférico raro” ligado a variaciones de temperatura, pero la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) lo desmintió, confirmando que no hubo condiciones climáticas anómalas.
- Incendio en Francia: Un supuesto incendio en el monte Alaric no fue la causa, según RTE, el operador francés.
REE apunta a un desequilibrio en la red provocado por una “oscilación anómala”, posiblemente por la alta penetración de renovables (eólica y solar, 43% de la generación), que dificulta la estabilidad del sistema. Informes previos de REE y expertos, ignorados durante cinco años, advertían sobre el riesgo de apagones por la transición acelerada a renovables sin suficientes sistemas de respaldo, poniendo en el foco a la gestión de Beatriz Corredor, presidenta de REE.
El 29 de abril, la comisión gubernamental solicitó más datos a operadores energéticos, incluyendo información sobre las horas previas y el proceso de reposición, según el Ministerio para la Transición Ecológica. La Comisión Europea y la ENTSO-E investigan, con un informe preliminar esperado en seis meses.
Consecuencias económicas y sociales
El apagón disparó los precios de la luz, que se multiplicaron por cinco en el mercado mayorista, pasando de 13.29 euros/MWh el 29 de abril a 31.83 euros/MWh el día anterior, según El Mundo. Refinerías de Repsol detuvieron operaciones, y plantas desaladoras en Almería interrumpieron el suministro de agua. Pequeños negocios, como carnicerías en Valladolid, perdieron mercancías, y el sector agrícola reportó daños en cultivos refrigerados.
En X, la indignación fue palpable. @elmundoes informó que la red sufría “anomalías críticas” media hora antes del apagón, sugiriendo fallos previos detectados pero no abordados. Usuarios criticaron la “información tardía y escasa” del Gobierno, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó al Ejecutivo de estar “sobrepasado” ante un país “excelente pero mal gestionado”.
Un sistema vulnerable
El apagón expuso la fragilidad de la red eléctrica europea, donde un fallo local puede desencadenar un colapso regional. Precedentes como el apagón de Italia en 2003 (56 millones afectados) y el de Europa en 2006 (15 millones) muestran que la interconexión, aunque eficiente, es vulnerable. La transición a renovables, con un 24.9% eólico y 14.2% solar en España en 2025, requiere sistemas de respaldo robustos, como baterías o ciclos combinados, que no se han desarrollado a la velocidad necesaria.
Jorge Fabra, ex presidente de REE, calificó el incidente de “sin precedentes” en sus 40 años de experiencia, mientras Sánchez prometió “exigir responsabilidades” a operadores como Endesa e Iberdrola. Una reunión en Moncloa el 29 de abril buscó aclarar responsabilidades, pero las tensiones entre el Gobierno y las eléctricas persisten.
Lecciones para el futuro
El apagón del 28 de abril de 2025 no solo fue un desastre logístico, sino una advertencia sobre la necesidad de reforzar la infraestructura eléctrica. La Comisión Europea urge un análisis exhaustivo, y expertos piden diversificar fuentes energéticas y mejorar la coordinación europea. Mientras España se recupera, el incidente plantea una pregunta crítica: ¿está preparada Europa para los desafíos de un sistema eléctrico cada vez más complejo? La respuesta, que podría tardar meses, determinará si este apagón fue una anomalía o el preludio de futuras crisis.