El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha causado revuelo este viernes 2 de mayo de 2025 al compartir una imagen generada por inteligencia artificial que lo muestra vestido como papa, en un momento crucial para la Iglesia Católica, que se prepara para el cónclave que elegirá al sucesor del fallecido Papa Francisco.

La fotografía, cargada de simbolismo y controversia, llega días después de que Trump afirmara que sería un “gran papa” y a pocos días de la reunión en el Vaticano para designar al nuevo líder de los 1,300 millones de católicos en el mundo. Este artículo, basado en reportes de EFE y declaraciones oficiales, explora el contexto de esta acción, las reacciones que ha generado y el papel de los cardenales estadounidenses en el próximo cónclave.
Una imagen que desata polémica
En la imagen, creada mediante inteligencia artificial, Trump aparece ataviado con una sotana blanca, una mitra papal y una cruz dorada colgando de su pecho. Su pose, con el brazo derecho alzado a la altura del hombro y el dedo índice levantado, evoca el gesto tradicional de bendición papal. La publicación se realizó en un momento de alta expectativa para la Iglesia Católica, que celebrará el cónclave del 6 al 11 de mayo en la Capilla Sixtina, tras la muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril debido a un derrame cerebral y una insuficiencia cardíaca.
La acción de Trump no ha pasado desapercibida, especialmente después de su comportamiento durante el funeral de Francisco el sábado 26 de abril en el Vaticano. El presidente estadounidense rompió el protocolo al asistir vestido con un traje azul, ignorando la tradición que dicta el uso de vestimenta negra en señal de luto. Este gesto fue interpretado por algunos como una falta de respeto hacia las normas vaticanas, y su reciente imagen como papa ha avivado aún más las críticas hacia su actitud frente a un evento tan solemne para los católicos.
Declaraciones de Trump sobre el papado
Días antes de compartir la imagen, el miércoles 30 de abril, Trump expresó desde la Casa Blanca su interés por el papado, una declaración que sorprendió por su tono inusual. “Me gustaría ser papa. Esa sería mi opción número uno. Creo que sería un gran papa. Nadie lo haría mejor que yo”, afirmó el mandatario, generando un debate sobre su intención de hacer una broma o de buscar atención mediática en un momento de transición para la Iglesia.
Además, Trump mostró apoyo al cardenal Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York, como un posible candidato para el trono de San Pedro. “Debo decir que hay un cardenal de un lugar llamado Nueva York que es muy bueno. Veremos qué pasa”, comentó. Dolan, un prelado conocido por su cercanía con el pueblo y su perfil mediático, participará en el cónclave y ya había recibido dos votos en la elección de 2013, cuando el cardenal argentino Jorge Bergoglio fue elegido como Papa Francisco.

El papel de los cardenales estadounidenses en el cónclave
El cónclave de 2025 contará con la participación de 138 cardenales electores, de los cuales 10 son estadounidenses, lo que refleja la creciente influencia de Estados Unidos en la Iglesia Católica. Además de Dolan, otros cardenales destacados incluyen a Raymond Burke, un favorito entre los sectores conservadores por su defensa de la tradición, y a Robert Prevost, prefecto del Dicasterio de los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para Latinoamérica. Prevost, nombrado por Francisco, es un fluido hispanohablante y ha trabajado de cerca con comunidades latinoamericanas, lo que lo posiciona como un candidato con perspectiva global.
La elección del nuevo Papa requiere una mayoría de dos tercios, es decir, 92 votos, según la constitución apostólica Universi Dominici Gregis. El proceso, que comenzará el 6 de mayo, estará marcado por la diversidad del Colegio Cardenalicio, con representantes de Europa, América Latina, África, Asia y Oceanía, y por las tensiones entre corrientes progresistas y conservadoras dentro de la Iglesia.
Contexto de la imagen y su impacto
La publicación de Trump se produce en un momento de incertidumbre para los católicos, que aún lloran la pérdida de Francisco, el primer Papa latinoamericano, conocido por su humildad y su defensa de los pobres. La imagen de Trump como papa ha sido vista por algunos como una falta de sensibilidad hacia el duelo de la comunidad católica, mientras que otros la interpretan como una estrategia del presidente para mantenerse relevante en el escenario global mientras enfrenta desafíos domésticos en Estados Unidos.
El interés de Trump en el cónclave no es nuevo. Durante su presidencia, ha mantenido una relación ambivalente con la Iglesia Católica, elogiando a líderes como Dolan, pero también enfrentándose a críticas de Francisco, quien en 2016 cuestionó las políticas migratorias de Trump, diciendo que “una persona que piensa en construir muros y no puentes no es cristiana”.
La imagen generada por inteligencia artificial parece ser un intento de Trump de insertarse en la narrativa del cónclave, aunque su impacto real en el proceso electoral es nulo, dado que solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto.
Un cónclave que definirá el futuro de la Iglesia
Mientras el Vaticano se prepara para la elección del 267.º Papa, la imagen de Trump vestido de papa añade un capítulo más a su historial de controversias. La Iglesia Católica, por su parte, enfrenta el desafío de elegir un líder que continúe el legado de Francisco o que marque un cambio hacia una postura más conservadora, dependiendo de las negociaciones en la Capilla Sixtina. Con cardenales como Dolan, Burke y Prevost representando a Estados Unidos, el país podría tener un papel relevante en la decisión, aunque las posibilidades de un Papa estadounidense siguen siendo bajas según los analistas vaticanistas.
El humo blanco, señal de que un nuevo pontífice ha sido elegido, es esperado con ansias por los fieles. Mientras tanto, la acción de Trump, aunque simbólica y polémica, subraya cómo los eventos religiosos globales pueden intersectarse con figuras políticas, generando debates que trascienden las fronteras de la fe y la política.