La extinción de especies animales es un hecho trágico que ha marcado la historia de nuestro planeta. Sin embargo, gracias a los avances en biología sintética y genómica, los científicos han comenzado a considerar la posibilidad de “desextinguir” algunas de estas especies perdidas. ¿Qué especies están en la mira de los científicos para esta resurrección moderna?
Mamut lanudo
Quizás el más emblemático en la lista, el mamut lanudo se extinguió hace unos 4.000 años. Los científicos planean resucitar esta especie mediante la edición de genes, introduciendo genes de mamut en el ADN de elefantes asiáticos, su pariente más cercano. El proyecto, liderado por la Universidad de Harvard, busca no sólo traer de vuelta a este gigante prehistórico, sino también ayudar a los elefantes asiáticos, que están en peligro de extinción.
Paloma migratoria
Este pájaro, que alguna vez llenó los cielos de América del Norte con bandadas de miles de millones, se extinguió a principios del siglo XX debido a la caza masiva y la destrucción del hábitat. El proyecto de Revive & Restore está utilizando la edición genética para insertar genes de paloma migratoria en su pariente más cercano, la paloma de cola de banda.
Tigre de Tasmania
También conocido como tilacino, este marsupial carnívoro se extinguió en la década de 1930. Un proyecto australiano está trabajando para resucitar al tilacino, utilizando ADN preservado para recrear su genoma y, potencialmente, producir un clon de la especie extinta.
Dodo
Este pájaro icónico, que se extinguió a fines del siglo XVII, es otro candidato para la desextinción. Los científicos esperan reconstruir su genoma a partir de especímenes bien preservados y utilizar una especie de paloma estrechamente relacionada como madre sustituta.
Aunque la desextinción parece sacada de una película de ciencia ficción, los avances en genética y clonación están haciendo que este sueño se acerque cada vez más a la realidad. Sin embargo, la resurrección de especies extintas también plantea dilemas éticos y prácticos que deben ser considerados cuidadosamente, como los posibles impactos ecológicos y las consecuencias de la manipulación genética. Por ello, la ciencia avanza con cautela en esta emocionante pero desafiante frontera de la biología.