Esta es la temperatura ideal en la que debes poner el clima para ahorrar dinero en el recibo de la luz

El uso eficiente del aire acondicionado o calefacción no solo contribuye a tu comodidad, sino que también puede tener un impacto significativo en tu consumo de energía y, por ende, en tu recibo de la luz. A continuación, te explicamos cuál es la temperatura ideal que debes mantener en tu hogar para ahorrar dinero, así como otros factores que influyen en el consumo energético.

La temperatura recomendada para ahorrar energía

Según expertos en eficiencia energética y organizaciones como el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE), la temperatura ideal para ahorrar energía es:

En verano (modo frío): 24-26 °C (75-78 °F). Mantener el termostato en este rango permite que el aire acondicionado opere de manera eficiente sin sobrecargarse. Cada grado por debajo de los 24 °C puede aumentar el consumo de energía entre un 6% y un 8%.

En invierno (modo calor): 20-22 °C (68-72 °F). En épocas de frío, mantener la temperatura dentro de este rango asegura un ambiente confortable sin que la calefacción trabaje en exceso. Reducir la temperatura a 18-20 °C cuando estás fuera de casa o durmiendo puede generar ahorros adicionales.

¿Por qué estas temperaturas son ideales?

Estos rangos de temperatura no son arbitrarios; están basados en estudios que equilibran el confort térmico con el consumo energético. Aquí te explicamos por qué funcionan:

Eficiencia del equipo: Los sistemas de climatización operan de manera más eficiente cuando no están forzados a alcanzar temperaturas extremas. Por ejemplo, si en verano configuras el aire acondicionado a 18 °C, el compresor trabajará constantemente, consumiendo más energía.

Confort humano: El cuerpo humano se adapta mejor a temperaturas moderadas. En verano, una diferencia de 8-10 °C entre el exterior y el interior es suficiente para sentirse cómodo. En invierno, una temperatura demasiado alta puede resecar el aire y causar incomodidad.

Ahorro acumulado: Pequeños ajustes en el termostato pueden traducirse en ahorros significativos a lo largo del año. Por ejemplo, subir la temperatura del aire acondicionado de 22 °C a 24 °C puede reducir tu consumo energético hasta en un 20%.

Factores que influyen en el consumo energético

Además de la temperatura, hay otros aspectos que debes considerar para maximizar tu ahorro:

Aislamiento térmico: Un hogar bien aislado retiene mejor el frío o el calor, lo que reduce la carga de trabajo del sistema de climatización. Revisa ventanas, puertas y paredes para detectar fugas de aire.

Uso de ventiladores: En verano, los ventiladores de techo o portátiles pueden ayudar a distribuir el aire frío, permitiéndote subir la temperatura del termostato sin sacrificar comodidad.

Horarios de uso: Si tienes un termostato programable, ajusta la temperatura para que el sistema opere menos cuando no estés en casa. Por ejemplo, en invierno, baja la calefacción durante el día y auméntala antes de que regreses.

Mantenimiento del equipo: Un aire acondicionado o calefacción sucios o con filtros obstruidos consumen más energía. Limpia o reemplaza los filtros regularmente y programa mantenimientos preventivos.

Consejos adicionales para ahorrar energía

Aquí tienes algunas prácticas que complementan el ajuste de la temperatura:

Aprovecha la ventilación natural: En días frescos, abre ventanas para permitir que el aire circule y reduzcas la necesidad de usar el aire acondicionado.

Usa cortinas y persianas: En verano, cierra cortinas durante las horas de mayor calor para evitar que el sol caliente tu hogar. En invierno, ábrelas para aprovechar el calor natural.

Invierte en tecnología eficiente: Si tu equipo de climatización es viejo, considera reemplazarlo por uno con certificación Energy Star, que consume menos energía.

Educa a tu familia: Asegúrate de que todos en casa comprendan la importancia de mantener la temperatura adecuada y eviten ajustes innecesarios.

El impacto en tu recibo de la luz

Ajustar la temperatura de tu hogar puede tener un impacto directo en tu factura eléctrica. Por ejemplo:

En verano, subir el termostato de 22 °C a 26 °C puede reducir tu consumo de energía en un 20-30%.
En invierno, bajar la calefacción de 24 °C a 20 °C puede generar ahorros similares.

Estos porcentajes pueden variar según el clima de tu región, el tamaño de tu hogar y la eficiencia de tu equipo, pero en general, los ahorros son notables.

Mantener la temperatura ideal en tu hogar no solo te ayuda a ahorrar dinero en el recibo de la luz, sino que también contribuye a reducir tu huella de carbono. Al seguir estas recomendaciones y adoptar hábitos de consumo consciente, podrás disfrutar de un ambiente confortable sin sacrificar tu economía. Recuerda que cada pequeño ajuste cuenta, y la constancia es clave para ver resultados a largo plazo.