¡Peligro en el Pacífico! Las aguas de Guerrero alcanzan temperaturas críticas y propician destructivos huracanes

El Mar de Guerrero, frente a las costas del estado mexicano, está enviando una señal de alerta: sus aguas han alcanzado temperaturas alarmantemente altas, con registros de 28 °C a profundidades de 15 y 30 metros, según mediciones recientes de la Secretaría de Marina (Semar).

Estas condiciones, similares a las que precedieron al devastador huracán Otis en 2023, han encendido las alarmas entre meteorólogos y autoridades, quienes advierten que el océano se ha convertido en un “caldo de cultivo” para huracanes de gran magnitud.

¿Qué significa esto para la temporada de ciclones 2025? Exploramos las causas, los riesgos y las medidas urgentes necesarias para proteger a las comunidades costeras.

Un océano en ebullición

Temperaturas récord en el Mar de Guerrero

Los datos más recientes, recopilados esta semana por termómetros submarinos frente a las costas de Guerrero, revelan una temperatura superficial y subsuperficial de 28 °C, un nivel considerado “significativamente elevado” por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

Estas cifras, reportadas por medios como TV Azteca y Expansión, superan el umbral de 26 °C necesario para la formación de ciclones tropicales, creando condiciones ideales para tormentas intensas. “El océano está más caliente de lo normal, y eso es un combustible para huracanes”, explicó la meteoróloga Alejandra Méndez del SMN en un comunicado del 16 de mayo de 2025.

El huracán Otis, que azotó Acapulco en octubre de 2023 como un huracán de categoría 5, se formó en un escenario similar, con temperaturas marinas que permitieron su rápida intensificación en menos de 24 horas. Los expertos temen que el calentamiento actual del Mar de Guerrero pueda replicar estas condiciones, aumentando el riesgo de ciclones destructivos en la temporada que inicia el 15 de mayo en el Pacífico.

El cambio climático como motor

El calentamiento de las aguas en el Pacífico mexicano no es un fenómeno aislado. Según la NOAA, las temperaturas superficiales del océano en el Pacífico Nororiental han aumentado en promedio 0.8 °C por década desde 1980, un proceso acelerado por el cambio climático.

En Guerrero, las olas de calor marinas (marine heatwaves) están exacerbando esta tendencia, creando “albercas de calor” que actúan como catalizadores para huracanes. Un estudio publicado en Communications Earth and Environment (2024) indica que los ciclones en el Pacífico son 50% más propensos a intensificarse rápidamente durante estas olas de calor, como ocurrió con Otis.

“El cambio climático está haciendo que los huracanes sean más impredecibles y destructivos”, afirmó el climatólogo Jorge Zavala, citado por La Plaza Diario el 12 de mayo de 2025. La ausencia de fenómenos como El Niño en 2025, que suele suprimir la actividad ciclónica, podría amplificar aún más el riesgo.

Pronósticos para la temporada de huracanes 2025

El SMN y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) pronostican una temporada activa en el Pacífico, con 16 a 18 sistemas tropicales, de los cuales 3 a 4 podrían convertirse en huracanes mayores (categorías 3 a 5). La temporada comenzó oficialmente el 15 de mayo de 2025, y los expertos estiman que el primer ciclón significativo podría formarse a finales de mayo o principios de junio, dependiendo de las condiciones atmosféricas.

Guerrero, Oaxaca y Michoacán son las regiones más vulnerables debido a su exposición al Pacífico y su historial de impactos, como el huracán Otis, que dejó más de 50 muertos y daños por 15,000 millones de dólares en Acapulco. Las temperaturas actuales del Mar de Guerrero, combinadas con una atmósfera húmeda y baja cizalladura del viento, crean un entorno propicio para tormentas que podrían replicar o superar la intensidad de Otis.

Impactos y vulnerabilidades

Riesgos para las comunidades costeras

El calentamiento del Mar de Guerrero no solo aumenta la probabilidad de huracanes, sino que agrava otros riesgos climáticos. Según The Guardian, el cambio climático está intensificando inundaciones, deslaves y marejadas ciclónicas en Guerrero, donde la pobreza y la presencia de crimen organizado complican la respuesta a desastres. Comunidades como Acapulco, aún recuperándose de Otis, enfrentan una vulnerabilidad extrema debido a la falta de infraestructura resiliente y planes de evacuación efectivos.

“Cada vez que veo una nube, siento ansiedad”, confesó Magdalena Nieto, residente de Acapulco, en un reportaje de The Guardian publicado el 30 de marzo de 2025. La población local teme que un nuevo huracán pueda repetir la tragedia de 2023, especialmente en áreas donde las viviendas carecen de títulos de propiedad, lo que limita el acceso a ayuda gubernamental.

Efectos más allá de los huracanes

Las altas temperaturas marinas también afectan los ecosistemas. Los arrecifes de coral frente a Guerrero están sufriendo blanqueamiento debido al estrés térmico, mientras que las pesquerías locales reportan una disminución de especies clave, como el huachinango, según un informe de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) de abril de 2025.

Además, el mar de fondo, un fenómeno de oleaje intenso, ha obligado a cerrar playas como La Ropa en Zihuatanejo, poniendo en riesgo a bañistas que ignoran las advertencias.

Medidas de preparación y respuesta

Acciones gubernamentales

La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, anunció el 16 de mayo de 2025 un plan integral para mitigar los riesgos de la temporada de huracanes. Las medidas incluyen:

  • Fortalecimiento de sistemas de alerta temprana: Ampliación de la red de boyas y termómetros para monitorear el Mar de Guerrero en tiempo real.
  • Capacitación comunitaria: Talleres en municipios costeros para enseñar protocolos de evacuación y primeros auxilios.
  • Reconstrucción resiliente: Inversión en infraestructura para reforzar hospitales, escuelas y refugios en Acapulco y otras zonas vulnerables.

La Coordinación Nacional de Protección Civil también ha instado a la población a preparar kits de emergencia con agua, alimentos no perecederos y documentos importantes, y a seguir las alertas oficiales del SMN.

Recomendaciones para la población

Los expertos sugieren acciones prácticas para reducir riesgos:

  • Evitar rumores: Verificar información solo en fuentes oficiales, como el SMN o la NOAA, para evitar pánico innecesario.
  • Monitorear el clima: Consultar pronósticos diarios, especialmente en mayo y junio, cuando la actividad ciclónica comienza a intensificarse.
  • Proteger propiedades: Reforzar techos y ventanas en zonas costeras y contratar seguros contra desastres, si es posible.

“La preparación es nuestra mejor defensa”, enfatizó Salgado en una conferencia de prensa, recordando la importancia de aprender de tragedias pasadas como Otis.

Un llamado a la acción global

Las temperaturas alarmantes del Mar de Guerrero son un síntoma de un problema mayor: el calentamiento global. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger los ecosistemas marinos y fortalecer la resiliencia comunitaria son pasos cruciales para mitigar los impactos de huracanes cada vez más intensos. “No podemos cambiar el clima de la noche a la mañana, pero sí podemos estar mejor preparados”, afirmó Zavala.

Mientras el Pacífico mexicano se calienta, Guerrero se encuentra en la primera línea de un desafío climático que exige acción inmediata. El Mar de Guerrero no solo está caliente; está enviando un mensaje urgente. La temporada de huracanes 2025 ya comenzó, y con ella, la necesidad de unir esfuerzos para proteger vidas, hogares y el futuro de la región.