Joe Biden enfrenta un diagnóstico del peor tipo de cáncer de próstata

El pasado 18 de mayo de 2025, la oficina personal del expresidente de Estados Unidos Joe Biden anunció que ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo que se ha metastatizado a los huesos. Este diagnóstico, que llega apenas cuatro meses después de que Biden dejara la presidencia, ha generado una ola de apoyo de figuras políticas de ambos partidos, así como renovadas discusiones sobre su salud durante su mandato.

A los 82 años, Biden enfrenta un nuevo desafío personal, en un contexto marcado por su larga lucha contra el cáncer, tanto en su vida pública como privada. A continuación, presentamos todos los detalles del diagnóstico, las implicaciones médicas, los tratamientos posibles y el impacto político y social, basados en información verificada hasta el 19 de mayo de 2025.

Detalles del diagnóstico

Cronología y detección

El diagnóstico de Biden se confirmó el 16 de mayo de 2025, tras una serie de evaluaciones médicas iniciadas la semana anterior. Según el comunicado de su oficina, Biden experimentó síntomas urinarios crecientes, lo que llevó a los médicos a realizar un examen que reveló un nódulo prostático pequeño.

Este hallazgo, detectado durante una revisión rutinaria, desencadenó pruebas adicionales, incluyendo una biopsia, que confirmaron la presencia de cáncer de próstata con un puntaje de Gleason de 9 (Grupo de Grado 5) y metástasis ósea.

El puntaje de Gleason, un sistema utilizado para evaluar la agresividad del cáncer de próstata, indica que las células cancerosas de Biden son altamente anormales y propensas a crecer rápidamente. Un puntaje de 9, el segundo más alto en la escala (que va de 6 a 10), clasifica el cáncer como de alto grado. La metástasis ósea significa que el cáncer se ha extendido desde la próstata a los huesos, lo que lo convierte en un cáncer de etapa 4, el estadio más avanzado.

Contexto médico

El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común entre los hombres en Estados Unidos, con aproximadamente 313,780 nuevos casos proyectados para 2025, según la Sociedad Americana del Cáncer (ACS). Aunque la mayoría de los casos se detectan en etapas tempranas, con una tasa de supervivencia a cinco años del 98%, los casos metastásicos como el de Biden son más complejos. Solo el 8% de los diagnósticos de cáncer de próstata involucran enfermedad en etapa avanzada, y la supervivencia promedio para estos casos es de 28% a cinco años, según Johns Hopkins Medicine.

El diagnóstico de Biden es hormono-sensible, lo que significa que el cáncer depende de la testosterona para crecer. Esta característica permite un manejo efectivo mediante terapias que bloquean la producción de testosterona, ofreciendo una ventana de control de la enfermedad, aunque no una cura.

Antecedentes de salud de Biden

Este no es el primer encuentro de Biden con el cáncer. En febrero de 2023, mientras aún era presidente, se le extirpó un carcinoma de células basales (un tipo de cáncer de piel) del pecho, y previamente había tenido varios cánceres de piel no melanoma tratados con cirugía de Mohs antes de asumir la presidencia en 2021. Sin embargo, no hay evidencia de que estos episodios estén relacionados con su diagnóstico actual de cáncer de próstata.

Durante su presidencia (2021-2025), la salud de Biden fue objeto de escrutinio, especialmente tras su decisión de abandonar la reelección en julio de 2024 debido a preocupaciones sobre su edad y capacidad cognitiva. Un examen físico en febrero de 2024 lo declaró “apto para el cargo” sin signos de problemas graves, lo que sugiere que el cáncer de próstata no era evidente en ese momento.

Algunos urólogos han cuestionado la decisión de realizar pruebas de detección de cáncer de próstata en un hombre de 82 años, ya que las guías médicas suelen desaconsejar el cribado rutinario en mayores de 75 años debido al riesgo de sobretratamiento. Sin embargo, los síntomas urinarios de Biden justificaron la evaluación que llevó al diagnóstico.

Implicaciones médicas y opciones de tratamiento

Pronóstico

El cáncer de próstata metastásico es incurable, pero los avances médicos han mejorado significativamente la calidad de vida y la supervivencia. Expertos como el Dr. Matthew Smith, del Massachusetts General Brigham Cancer Center, indican que los pacientes con este diagnóstico pueden vivir cuatro a cinco años en promedio, y algunos, como señala el Dr. Judd Moul de la Universidad de Duke, alcanzan siete, diez o más años con tratamientos adecuados.

El Dr. Benjamin Davies, urólogo de la Universidad de Pittsburgh, destaca que las terapias hormonales y quimioterapéuticas desarrolladas en los últimos años han extendido la longevidad de los pacientes con cáncer metastásico. “No es todo fatalidad; puede vivir fácilmente 10 años con esta enfermedad”, afirmó Davies.

Tratamientos probables

Dado que el cáncer de Biden ha metastatizado y no está confinado a la próstata, la cirugía o la radioterapia local no son opciones viables. Los tratamientos más probables incluyen:

  • Terapia hormonal: Medicamentos como Lupron bloquean la producción de testosterona, ralentizando el crecimiento del cáncer. Estas terapias son el pilar del tratamiento para cánceres hormono-sensibles.
  • Terapias combinadas: Podrían incluir medicamentos como Zytiga (abiraterona) o quimioterapia para casos avanzados.
  • Tratamientos dirigidos a los huesos: Fármacos como denosumab o ácido zoledrónico ayudan a proteger los huesos y reducir complicaciones como fracturas o dolor óseo.
  • Terapias emergentes: La terapia PSMA (antígeno de membrana específico de la próstata), que utiliza moléculas radiactivas para atacar células cancerosas, está mostrando resultados prometedores en ensayos clínicos, aunque aún no está aprobada ampliamente.

El Dr. Tanya Dorff, oncólogo del City of Hope Comprehensive Cancer Center, subraya que el objetivo en casos como el de Biden es controlar la enfermedad y preservar la calidad de vida, en lugar de buscar una cura. El monitoreo regular de los niveles de antígeno prostático específico (PSA) será crucial para evaluar la eficacia del tratamiento.

Calidad de vida

A pesar de la gravedad del diagnóstico, los expertos coinciden en que Biden puede llevar una vida relativamente normal con tratamiento. El Dr. Chris George, de Northwestern Medicine, señala que, si responde bien a las terapias, Biden podría mantener su funcionalidad durante años. Sin embargo, los efectos secundarios de la terapia hormonal, como fatiga, pérdida de masa muscular y problemas óseos, podrían afectar su energía, especialmente considerando su edad.

Impacto personal y legado

Una lucha personal contra el cáncer

El cáncer ha marcado profundamente la vida de Biden. En 2015, su hijo Beau Biden falleció a los 46 años por un cáncer cerebral, dejando una huella emocional imborrable. Este tragedia impulsó a Biden a liderar la Iniciativa Cancer Moonshot como vicepresidente bajo Barack Obama en 2016, un esfuerzo para acelerar la investigación oncológica. En 2022, ya como presidente, relanzó el programa con el objetivo de reducir la tasa de mortalidad por cáncer en un 50% en 25 años. “Podemos acabar con el cáncer como lo conocemos”, afirmó Biden en un discurso en la Casa Blanca en 2022.

En un mensaje en X el 19 de mayo de 2025, Biden reflexionó sobre su diagnóstico: “El cáncer nos toca a todos. Como muchos de ustedes, Jill y yo hemos aprendido que somos más fuertes en los lugares rotos. Gracias por levantarnos con amor y apoyo”, acompañado de una foto con su esposa, Jill, y su gato, Willow. Este mensaje, que resonó ampliamente, refleja su enfoque personal y resiliente ante la adversidad.

Apoyo político y social

El anuncio del diagnóstico generó una ola de apoyo bipartidista inusual en el polarizado panorama político estadounidense. El presidente Donald Trump, quien derrotó a Biden en 2020 y asumió un segundo mandato en enero de 2025, expresó en Truth Social: “Melania y yo estamos tristes por el reciente diagnóstico médico de Joe Biden. Extendemos nuestros mejores deseos a Jill y la familia, y le deseamos a Joe una recuperación rápida y exitosa”.

La exvicepresidenta Kamala Harris, quien asumió la candidatura demócrata tras la retirada de Biden en 2024, escribió en X: “Joe es un luchador, y sé que enfrentará este desafío con la misma fuerza, resiliencia y optimismo que siempre han definido su vida y liderazgo”. Otros líderes, como el expresidente Barack Obama, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, y hasta figuras republicanas como la representante Marjorie Taylor Greene, enviaron mensajes de solidaridad. Incluso el rey Carlos III, quien enfrenta su propio tratamiento contra el cáncer, envió una carta privada a Biden, según Buckingham Palace.

La Sociedad Americana del Cáncer aprovechó la noticia para enfatizar la importancia de la detección temprana, señalando un aumento del 5% anual en diagnósticos de cáncer de próstata en etapas avanzadas. “Este diagnóstico es un recordatorio del impacto trágico del cáncer de próstata en EE.UU.”, afirmó la organización.

Contexto político y controversias

Salud durante la presidencia

El diagnóstico llega en un momento de intensa revisión de la salud de Biden durante su mandato. El libro “Original Sin: President Biden’s Decline, Its Cover-up, and His Disastrous Choice to Run Again”, de Jake Tapper y Alex Thompson, publicado el 20 de mayo de 2025, detalla supuestos esfuerzos de los asesores de Biden para ocultar su deterioro físico y mental. El libro incluye anécdotas como la incapacidad de Biden para reconocer a George Clooney en un evento de 2024, lo que ha reavivado preguntas sobre si el cáncer pudo haber afectado su salud mientras estaba en el cargo.

Sin embargo, no hay evidencia de que el cáncer de próstata estuviera presente o detectado durante su presidencia. En una aparición en The View en mayo de 2025, Biden negó afirmaciones de deterioro cognitivo, insistiendo: “No hay nada que sustente eso”. Los expertos médicos, como la Dra. Céline Gounder, subrayan que los síntomas urinarios que llevaron al diagnóstico son recientes, y es improbable que el cáncer haya influido en su desempeño como presidente.

Implicaciones políticas

El diagnóstico ha pausado temporalmente las críticas sobre la decisión de Biden de buscar la reelección en 2024, que culminó en su retirada tras un desastroso debate contra Trump en junio de 2024. Algunos demócratas, como el estratega David Axelrod, han sugerido que las discusiones sobre la capacidad mental de Biden deberían **“at