Fallece José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, a los 89 años tras una lucha contra el cáncer

Montevideo, 13 de mayo de 2025 – El expresidente de Uruguay, José Alberto “Pepe” Mujica, falleció este martes a los 89 años en su modesta chacra en Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, tras una larga batalla contra un cáncer de esófago que se extendió al hígado.

La noticia, confirmada por fuentes cercanas al Movimiento de Participación Popular (MPP) y publicada por medios internacionales, marca el fin de una era para Uruguay y la izquierda latinoamericana, que pierde a una de sus figuras más carismáticas y queridas.

Una vida dedicada a la lucha y la austeridad

Mujica, nacido el 20 de mayo de 1935, fue mucho más que un político. Exguerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, pasó casi 14 años en prisión durante la dictadura militar uruguaya (1973-1985), soportando condiciones de aislamiento que forjaron su resiliencia y humanismo. Tras la restauración democrática, se convirtió en diputado, senador, ministro de Ganadería (2005-2008) y presidente de Uruguay (2010-2015) por el Frente Amplio, una coalición de izquierda.

Conocido como “el presidente más pobre del mundo”, Mujica donaba el 90% de su salario presidencial a causas sociales, vivía en su sencilla granja y conducía un Volkswagen Escarabajo de 1987. Su estilo austero y su rechazo al consumismo lo convirtieron en un ícono global, inspirando a millones con frases como: “No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta”.

Durante su mandato, Mujica impulsó reformas pioneras, como la legalización del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la regulación del mercado de cannabis, una medida innovadora para combatir el narcotráfico. Aunque enfrentó críticas por el aumento del déficit fiscal y el estancamiento en la reforma educativa, su presidencia consolidó a Uruguay como un referente de progresismo y estabilidad democrática en América Latina.

La batalla contra el cáncer

En abril de 2024, Mujica anunció que padecía un tumor en el esófago, un diagnóstico complicado por una enfermedad inmunológica preexistente que limitaba las opciones de tratamiento. Se sometió a 32 sesiones de radioterapia, una gastrostomía y la colocación de un stent para facilitar la alimentación, pero en enero de 2025 reveló al semanario Búsqueda que el cáncer había hecho metástasis al hígado. “Me estoy muriendo. Hasta acá llegué”, declaró, optando por no continuar con tratamientos invasivos y priorizar la tranquilidad en su hogar.

En mayo de 2025, su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, confirmó que Mujica estaba en fase terminal y recibía cuidados paliativos. “Queremos que transite el final lo mejor posible”, afirmó Topolansky en una entrevista con Radio Sarandí. Mujica permaneció en su chacra, donde expresó su deseo de ser enterrado junto a su perra Manuela, quien lo acompañó durante 22 años.

A pesar de su delicado estado, Mujica participó activamente en la campaña presidencial de 2024, apoyando a Yamandú Orsi, su “delfín político”, quien asumió la presidencia el 1 de marzo de 2025 tras la victoria del Frente Amplio. Orsi describió el triunfo como un “regalo de despedida” para Mujica, cuya influencia fue clave en la contienda electoral.

Reacciones y legado

La muerte de Mujica ha desatado una ola de condolencias en Uruguay y el mundo. El presidente Yamandú Orsi expresó su dolor en un comunicado oficial: “Pepe fue un faro de coherencia y humanidad. Su legado vivirá en cada uruguayo que lucha por un país más justo”.

Líderes internacionales, como el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo condecoró en diciembre de 2024, y el chileno Gabriel Boric, lo recordaron como un símbolo de resistencia y simplicidad. “Mujica nos enseñó que la política es servicio, no privilegio”, escribió Boric en redes sociales.

En Uruguay, el Frente Amplio anunció un acto de homenaje en Montevideo, mientras que el MPP, fundado por Mujica, destacó su papel como “brújula moral” de la izquierda. “Pepe no se va, se queda en nuestra lucha”, afirmó el senador Alejandro Sánchez. La ausencia de Mujica en las elecciones departamentales del 11 de mayo, la primera desde 1985, ya había sido un indicio de su frágil estado, según comentó Orsi en ese momento.

En las redes sociales, mensajes de despedida se multiplicaron, aunque algunos rumores falsos sobre su muerte en enero de 2025 fueron desmentidos por su médica, Raquel Pannone, quien calificó la desinformación como “irresponsable”. La confirmación oficial de su fallecimiento el 13 de mayo puso fin a las especulaciones, dejando un vacío en la política regional.

Un adiós en su chacra

Mujica murió donde siempre quiso: en su hogar, rodeado de su esposa, sus flores y la tranquilidad que defendió como su mayor riqueza. “La vida es hermosa y se gasta”, dijo en una de sus últimas intervenciones públicas, un mensaje que resume su filosofía. Su deseo de ser sepultado en su chacra, junto a Manuela, será respetado, según confirmó Topolansky.

José Mujica deja un legado imborrable: un ejemplo de que el poder puede ejercerse con humildad, de que la democracia se fortalece con el respeto a la diferencia y de que la felicidad está en vivir con poco. Mientras Uruguay llora a su “Pepe”, el mundo lo recuerda como el revolucionario tranquilo que cambió la política con su sencillez.