Esta jugosa fruta abunda en ácido fólico y ayuda a combatir parásitos intestinales

La piña, con su sabor dulce y ácido que despierta los sentidos, no es solo un placer tropical: es una bomba de nutrientes que puede transformar tu salud. Llena de ácido fólico, esencial para la formación celular, esta fruta también es famosa por su bromelina, una enzima que podría eliminar parásitos intestinales y mejorar la digestión.

Desde reforzar tu inmunidad hasta darte un brillo natural, la piña es más que un postre. Aquí te cuento por qué deberías incluirla en tu dieta, cómo aprovecharla sin riesgos y qué la hace tan especial, con un enfoque claro y práctico para todos, basado en lo que sabemos hasta abril de 2025.

Esta fruta es un tesoro dorado

Originaria de América del Sur, la piña crece en lugares cálidos como Costa Rica, Filipinas y Brasil, donde su pulpa jugosa madura bajo el sol durante 135 días. Compuesta por un 89% de agua, es hidratante y baja en calorías, con solo 50 kcal por 100 gramos.

Pero su verdadero poder está en sus nutrientes: vitamina C, potasio, hierro y, sobre todo, ácido fólico—o vitamina B9—, que apoya la producción de glóbulos rojos y el ADN. Además, la bromelina, su enzima estrella, la convierte en una aliada para tu intestino.

Ácido fólico: un impulso vital

El ácido fólico es crucial para la regeneración celular, especialmente en embarazadas, donde previene defectos en el feto, y en cualquiera que busque fortalecer su sangre. Una porción de 100 gramos de piña aporta unos 18 microgramos de esta vitamina—modesto, pero valioso en una dieta variada.

Combinada con espinacas o lentejas, la piña ayuda a cubrir los 400 microgramos diarios recomendados para adultos. Un batido de piña con naranja me dio un subión de energía una vez, y supe que no era solo su sabor. Comerla fresca asegura que el folato no se pierda, ya que el calor puede destruirlo.

Bromelina: la clave contra parásitos

La bromelina es el as bajo la manga de la piña. Esta enzima no solo descompone proteínas, facilitando la digestión, sino que también podría combatir parásitos intestinales como lombrices o amebas. Según reportes, la bromelina crea un ambiente hostil para estos microorganismos, ayudando al cuerpo a expulsarlos.

Un artículo de 2024 en El Tiempo destacó que el consumo regular de piña fresca puede apoyar la limpieza intestinal, aunque no reemplaza tratamientos médicos. No es magia: los parásitos odian entornos donde la bromelina actúa, pero necesitas constancia. Si tienes diarrea o dolor abdominal persistente, un médico debe evaluar si son parásitos.

Beneficios que van más allá

La piña es una aliada versátil para tu cuerpo. Aquí van sus puntos fuertes:

  • Digestión ligera: La bromelina alivia estreñimiento, gases y pesadez, ideal tras comidas copiosas.
  • Inmunidad de acero: Su vitamina C—hasta 48 mg por 100 gramos—refuerza las defensas contra resfriados.
  • Corazón sano: El potasio regula la presión arterial, mientras la fibra baja el colesterol.
  • Piel radiante: Antioxidantes como la vitamina A combaten el envejecimiento y dan brillo natural.
  • Huesos fuertes: Pequeñas dosis de calcio y hierro apoyan la salud ósea y energía.

Una ensalada de piña con pepino y menta es mi truco para sentirme fresca y ligera en días calurosos.

Cómo disfrutarla sin problemas

Para sacarle jugo a la piña, sigue estas ideas:

  • Fresca es mejor: Córtala en cubos para ensaladas, batidos o sola. Evita el calor para conservar nutrientes.
  • Agua de piña: Hierve las cáscaras con canela para una bebida hidratante y digestiva.
  • En tacos: Un toque de piña en tacos al pastor suma sabor y bromelina.
  • Porciones moderadas: 1-2 tazas al día (unos 200 gramos) bastan. Más puede causar acidez.

Cuidado: La piña es ácida. Si la comes en exceso—más de 3 tazas diarias—, puede irritar la boca o el estómago, sobre todo si tienes gastritis. También puede afectar medicamentos como anticoagulantes por su bromelina. Un amigo con reflujo notó molestias tras abusar de jugo de piña; ahora la toma diluida y está feliz.

Quiénes deben ir con calma

La piña es segura para la mayoría, pero algunos necesitan precaución:

  • Estómagos sensibles: Si padeces úlceras o acidez, empieza con pequeñas porciones tras comer.
  • Alergias raras: Aunque infrecuente, la piña puede causar picazón en personas sensibles a bromelina.
  • Diabéticos: Su azúcar natural es seguro en moderación, pero controla las cantidades.
  • Embarazadas: El ácido fólico es genial, pero consulta un médico para ajustar la dosis total.

Si notas hinchazón, dolor o sarpullido tras comer piña, para y busca un especialista. Tu cuerpo siempre avisa.

No es un milagro, es un apoyo

La piña no cura parásitos sola ni reemplaza desparasitantes médicos. Si tienes síntomas como diarrea crónica, pérdida de peso o fatiga, un análisis confirmará si hay parásitos. La bromelina ayuda, pero medicinas como albendazol son el estándar. Para el ácido fólico, combina la piña con aguacate, brócoli o garbanzos para un impulso mayor. Un nutriólogo puede personalizar tu plan.

Un estilo de vida que suma

La piña brilla en una vida balanceada:

  • Come variado: Añade verduras, legumbres y proteínas para más folato y fibra.
  • Muévete: Una caminata diaria potencia la digestión y el bienestar.
  • Hidrátate: El agua de piña o pura complementa su efecto refrescante.
  • Duerme bien: 7-8 horas ayudan a tu cuerpo a aprovechar nutrientes.

Un desayuno con piña, yogur y avena me hace sentir viva y lista para el día.

Un bocado de salud

La piña, jugosa y cargada de ácido fólico, es un regalo para tu cuerpo. Su bromelina puede alejar parásitos intestinales, mientras su vitamina C, fibra y potasio cuidan tu inmunidad, piel y corazón.

Cómela fresca, modérate y combínala con una dieta rica. Si buscas limpieza intestinal o un extra de folato, esta fruta es tu aliada, pero consulta a un médico para problemas serios. Deja que cada mordida te acerque a una vida más sana y vibrante.