El tipo de carne que debes dejar de consumir porque tiene efectos cancerígenos, según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido advertencias claras sobre el consumo de ciertos tipos de carne, particularmente las carnes procesadas.

En un informe publicado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la OMS, se clasificó a las carnes procesadas como carcinógenas para los humanos, ubicándolas en el Grupo 1 de sustancias cancerígenas.

Esto significa que existe suficiente evidencia científica para afirmar que su consumo está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer, especialmente cáncer colorrectal.

¿Qué se considera carne procesada?

La carne procesada es aquella que ha sido transformada a través de métodos como el ahumado, la curación, la fermentación, el salado o la adición de conservantes químicos. Algunos ejemplos comunes incluyen:

  • Salchichas
  • Jamón
  • Bacon
  • Embutidos (chorizo, mortadela, salami)
  • Carnes enlatadas o conservadas
  • Carnes secas o curadas

Este procesamiento generalmente se realiza para mejorar el sabor o aumentar la vida útil de los productos, pero estos métodos añaden compuestos que han sido relacionados con el desarrollo de cáncer.

¿Por qué las carnes procesadas son peligrosas?

El consumo de carnes procesadas ha sido vinculado al cáncer debido a la formación de compuestos químicos nocivos durante su procesamiento. En particular, hay dos aspectos clave que contribuyen a su potencial carcinogénico:

  1. Nitratos y nitritos: Estos conservantes se utilizan para prevenir el crecimiento bacteriano y mantener el color de las carnes procesadas, pero cuando se cocinan a altas temperaturas, pueden formar nitrosaminas, compuestos conocidos por ser cancerígenos.
  2. Ahumado y cocción a altas temperaturas: Cuando la carne se cocina a temperaturas muy altas, como en la parrilla o el asado, se generan hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y aminas heterocíclicas (AH), sustancias que están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer.

El vínculo entre las carnes procesadas y el cáncer

El informe de la IARC estima que consumir 50 gramos de carne procesada al día (equivalente a aproximadamente dos tiras de bacon) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en un 18%.

Este tipo de cáncer es uno de los más comunes a nivel mundial y tiene una fuerte asociación con la dieta. Además, otros estudios han sugerido que las carnes procesadas también pueden estar relacionadas con cánceres de estómago, páncreas y próstata.

¿Y qué pasa con la carne roja?

La carne roja, que incluye carne de res, cerdo, cordero y ternera, fue clasificada por la IARC como “probablemente cancerígena para los humanos” (Grupo 2A), lo que significa que existen pruebas limitadas que sugieren un vínculo con el cáncer, pero no tan concluyentes como las que existen para las carnes procesadas. La relación entre la carne roja y el cáncer es más compleja y parece depender tanto de la cantidad como de la frecuencia de consumo.

Aunque la carne roja en sí no debe ser eliminada completamente de la dieta, se recomienda limitar su consumo a pequeñas cantidades y optar por métodos de cocción más saludables, como el hervido o al vapor, en lugar de freír o asar a la parrilla.

Recomendaciones de la OMS y medidas preventivas

La OMS no sugiere eliminar completamente las carnes procesadas o rojas de la dieta, pero sí recomienda reducir su consumo. Los expertos sugieren que una dieta equilibrada debe basarse principalmente en alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, granos integrales y legumbres, que son ricos en fibra y tienen propiedades protectoras contra el cáncer.

Algunas recomendaciones clave incluyen:

  • Limitar el consumo de carnes procesadas y rojas: Reducir las porciones y la frecuencia con la que se consumen estos productos puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer.
  • Optar por alternativas de proteínas más saludables: Las proteínas de origen vegetal, como las legumbres (frijoles, lentejas), frutos secos y tofu, así como el pescado y el pollo sin procesar, son opciones más saludables.
  • Cocción saludable: Evitar cocinar carnes a altas temperaturas y métodos como el ahumado o el asado a la parrilla puede ayudar a reducir la formación de compuestos nocivos.

Conclusión

La OMS ha clasificado las carnes procesadas como carcinógenas para los humanos debido a su relación comprobada con el cáncer, especialmente el cáncer colorrectal.

Reducir el consumo de carnes procesadas, así como adoptar una dieta rica en alimentos de origen vegetal y optar por métodos de cocción más saludables, puede ser una medida importante para prevenir el desarrollo de cáncer y mejorar la salud general.