Un infarto de miocardio, ese momento en que el corazón grita por falta de oxígeno, no siempre se anuncia igual en todos. En las mujeres, las señales pueden ser un susurro engañoso, lejos del clásico dolor aplastante en el pecho que Hollywood nos vendió.

Comprender estos síntomas es clave, porque el tiempo es vida: las mujeres tienen un 50% más de riesgo de morir por un infarto no reconocido que los hombres, según Circulation (2024). Este artículo destapa cómo se manifiesta en ellas, con ciencia hasta abril de 2025, para que no lo confundas con un mal día.
Más allá del pecho: un dolor que engaña
Sí, el dolor torácico aparece, pero no siempre es el protagonista. “En mujeres, puede ser leve o sentirse como presión, no como un golpe”, dice Journal of the American Heart Association (2023). Un estudio de la Universidad de Yale encontró que solo el 60% de las mujeres reportan dolor en el pecho durante un infarto, frente al 90% de los hombres.
Cuando llega, puede ser sutil—una opresión, ardor o peso—y extenderse a la espalda, el cuello o los brazos, como si el cuerpo dispersara la alarma.
Cansancio que aplasta: no es solo fatiga
Un agotamiento que te clava al sofá podría ser más que estrés. “La fatiga extrema es una bandera roja en mujeres”, asegura European Heart Journal (2024).
Un análisis de la Clínica Mayo reveló que el 70% de las mujeres experimentan cansancio abrumador días o minutos antes de un infarto, a menudo sin causa clara. No es el típico “estoy cansada”; es un agotamiento que te roba el aire, como si el cuerpo apagara las luces para ahorrar energía.
Náuseas y mareos: el estómago también habla
El infarto en mujeres no siempre se queda en el corazón; baja al vientre. “Náuseas, vómitos o mareos son más comunes que en hombres”, dice American Journal of Cardiology (2023).
Un estudio de la Universidad de Toronto mostró que el 40% de las mujeres sienten malestar estomacal o vértigo durante un ataque, confundido a veces con indigestión o ansiedad. Es el sistema nervioso gritando, un eco del corazón que el cerebro malinterpreta.

Falta de aire: un suspiro que no alcanza
Respirar se vuelve un lujo robado. “La dificultad para respirar es un síntoma clave en mujeres”, señala Circulation (2024). La Asociación Americana del Corazón (AHA) estima que el 50% de las mujeres sienten ahogo antes o durante un infarto, incluso sin dolor fuerte. Puede ser un jadeo repentino o una sensación de que el aire no llena los pulmones, como si una mano invisible apretara el pecho. No lo descartes como nervios.
Sudor frío: un aviso helado
El sudor que no explica el calor es una pista seria. “Sudoración fría y pegajosa aparece en el 35% de las mujeres”, dice Journal of Women’s Health (2024). Un ensayo de la Universidad de Chicago encontró que este síntoma, a menudo en la cara, cuello o espalda, surge con más frecuencia en ellas que en ellos. No es el sudor de un día cálido; es el cuerpo en pánico, enfriándose mientras lucha por sobrevivir.
Dolor en la mandíbula o espalda: el grito desviado
El infarto puede disfrazarse de molestia inesperada. “Dolor en la mandíbula, cuello o espalda alta es más típico en mujeres”, explica Heart (2023). Un estudio de la Universidad de California halló que el 25% de las mujeres sienten esta irradiación, a veces como un pinchazo o rigidez, sin tocar el pecho. Es el corazón enviando señales por caminos menos obvios, un desvío que confunde hasta a los médicos si no se busca a fondo.
Ansiedad rara: un presentimiento oscuro
Un miedo que no explicas puede ser el telón de fondo. “La ansiedad intensa o sensación de fatalidad golpea al 30% de las mujeres”, dice Clinical Cardiology (2024). No es solo nervios; es una intuición visceral, como si el cuerpo supiera que algo va mal antes que la mente. Un análisis de Harvard (2023) vincula esto al sistema nervioso autónomo, que enciende alarmas difusas durante el infarto. Si viene con otros signos, no lo ignores.
Por qué en mujeres es diferente
Las hormonas, la anatomía y la percepción juegan su parte. “Las arterias más pequeñas y el estrógeno cambian el cuadro”, dice la AHA. Hasta la menopausia, el estrógeno protege, pero después, el riesgo sube y los síntomas se diluyen.
Un metaanálisis de The Lancet (2024) muestra que las mujeres tardan 30 minutos más en buscar ayuda, a menudo porque no reconocen las señales. El 60% de las muertes por infarto en ellas se deben a diagnósticos tardíos, per Journal of Cardiovascular Nursing (2025).
Qué hacer si lo sospechas
El reloj corre: cada minuto sin flujo sanguíneo mata tejido cardíaco. “Si sientes dos o más de estos síntomas, llama al 911”, urge la AHA. Mastica una aspirina (325 mg) si puedes—reduce coágulos—y no conduzcas sola. Un estudio de Circulation (2024) estima que el 80% de las mujeres que llegan vivas al hospital sobreviven con atención rápida. No lo pienses dos veces: mejor una falsa alarma que un adiós silencioso.
Un corazón que pide ser escuchado
Los síntomas del infarto en mujeres no rugen; susurran, y ahí está el peligro. “Conocerlos salva vidas”, dice Harvard Health. Dolor leve, fatiga, náuseas, ahogo, sudor, mandíbula, ansiedad—no son drama; son el corazón pidiendo auxilio. Vigila, especialmente pasados los 50 o con riesgos como diabetes o hipertensión. Porque tu cuerpo no miente; solo espera que lo entiendas a tiempo.