5 señales de que podrías estar en riesgo de una trombosis venosa profunda

Imagina que tu cuerpo es una red de ríos, con la sangre fluyendo libremente para llevar oxígeno y vida. Pero a veces, en las venas profundas de tus piernas, un coágulo puede bloquear ese flujo, formando una trombosis venosa profunda (TVP). Este problema, más común de lo que piensas, puede pasar desapercibido hasta que se vuelve peligroso, enviando un coágulo a los pulmones (embolia pulmonar) o causando daños duraderos. Factores como estar sentado mucho tiempo, cirugías recientes, embarazo o ciertos medicamentos elevan el riesgo, pero cualquiera puede enfrentarlo.

Los flebólogos, expertos en venas, advierten que la TVP no siempre es ruidosa. Sin embargo, señales como hinchazón unilateral en la pierna, dolor al caminar, calor en la zona, piel enrojecida y venas visibles más marcadas son alertas que tu cuerpo envía.

Estas pistas pueden parecer molestias comunes, pero juntas pintan un cuadro que no debes ignorar. A continuación, exploramos cada una, qué significa y cómo actuar para proteger tu salud. Si algo resuena, tu cuerpo podría estar pidiéndote que lo escuches.

Hinchazón en una sola pierna que no explica un golpe

De repente, una pierna se siente más pesada, como si estuviera llena de agua. La hinchazón unilateral en la pierna es una de las señales más claras de una posible TVP. A diferencia de la retención de líquidos, que afecta ambas piernas, esta hinchazón se concentra en una sola, a menudo en la pantorrilla o el muslo, porque un coágulo obstruye la vena, impidiendo que la sangre fluya нормально, según Journal of Vascular Surgery. Puede variar desde una leve inflamación hasta una pierna notablemente más gruesa.

Si notas que una pierna está hinchada sin razón aparente—no hubo un golpe ni una torcedura—, mide su contorno con una cinta métrica y compárala con la otra. Evita estar sentado o de pie por mucho tiempo; mueve las piernas o eleva la pierna afectada sobre una almohada al descansar. Una hinchazón que no baja en uno o dos días, o que empeora, necesita un médico. Un ultrasonido Doppler, que ve el flujo sanguíneo, puede confirmar si hay un coágulo. No lo descartes como cansancio; esta señal es un grito de atención.

Dolor al caminar que parece un calambre persistente

Estás dando un paseo y sientes un dolor en la pantorrilla, como un calambre que no se va. Este dolor al caminar, a menudo descrito como una presión o tirón, es otra pista de TVP. El coágulo en la vena profunda causa inflamación que presiona los tejidos cercanos, según Thrombosis Research. Puede sentirse peor al moverte o al presionar la zona, y a veces se extiende al muslo. A diferencia de un músculo fatigado, este dolor no mejora con estiramiento o descanso breve.

Si caminar se vuelve incómodo y sientes una molestia constante en una pierna, prueba descansar con la pierna elevada y evita ejercicios intensos. Anota si el dolor aparece solo al moverte o está presente incluso en reposo. Si persiste más de un par de días o se combina con hinchazón, consulta a un flebólogo o médico general. Un análisis de sangre para D-dímero (un marcador de coágulos) o un ultrasonido pueden aclarar si es TVP. Este dolor no es solo una molestia; es tu cuerpo pidiendo ayuda.

Calor en la zona que no se siente normal

Tocas tu pierna y una parte—quizá la pantorrilla o el muslo—está más caliente que el resto, como si tuviera su propio radiador. Este calor en la zona es una señal de inflamación causada por un coágulo que irrita la vena, según American Journal of Medicine. No es el calor general de un día soleado, sino un calor localizado que contrasta con la temperatura de la otra pierna o el resto de tu cuerpo. A veces, la zona también se siente sensible al tacto.

Si detectas una zona caliente en tu pierna, compárala con la otra pierna usando el dorso de tu mano. Evita masajear la zona, ya que podrías desplazar un coágulo, y mantén la pierna elevada para mejorar el flujo. Si el calor no desaparece en un día o se acompaña de otros síntomas, busca un médico rápidamente. Un ultrasonido puede detectar una TVP, y un tratamiento temprano con anticoagulantes puede prevenir complicaciones. Este calor es más que una sensación; es una advertencia clara.

Piel enrojecida que cambia de color

Miras tu pierna y notas que la piel sobre la pantorrilla o el muslo está enrojecida, como si hubieras estado bajo el sol, pero solo en esa zona. En la TVP, la obstrucción de la vena causa inflamación que altera la piel, dándole un tono rojo o incluso morado en casos más graves, según Circulation. No es una erupción ni una quemadura; es un cambio localizado que puede sentirse cálido o tenso y que no mejora con cremas.

Si ves enrojecimiento en una pierna, observa si la piel está más brillante o tirante que en la otra. Anota si cambia de color con el tiempo o si aparece junto con hinchazón o dolor. Mientras evalúas, evita ropa ajustada que presione la zona y mantén la pierna elevada. Un enrojecimiento que dura más de un día o que se extiende requiere atención médica. Un flebólogo puede usar un ultrasonido para confirmar un coágulo y recomendar tratamiento. Esta señal no es solo estética; es tu cuerpo marcando una emergencia.

Venas visibles más marcadas de lo habitual

De pronto, las venas en tu pierna parecen más pronunciadas, como si alguien las hubiera dibujado con un marcador. Estas venas visibles más marcadas pueden indicar que la sangre, bloqueada por un coágulo en una vena profunda, está buscando rutas alternativas en venas superficiales, según Journal of Thrombosis and Haemostasis. No son las venas varicosas comunes; estas aparecen repentinamente, a menudo con hinchazón o dolor, y se ven más prominentes en la zona afectada.

Si notas venas que resaltan más de lo normal, compáralas con la otra pierna y registra si hay otros síntomas. Camina suavemente o estira las piernas para estimular el flujo, pero no masajees la zona. Si las venas marcadas persisten junto con calor o enrojecimiento, un médico debe evaluarte. Un ultrasonido Doppler es la herramienta clave para detectar TVP, y un diagnóstico rápido puede evitar que el coágulo viaje. Estas venas no son solo un detalle; son un mapa de un problema interno.

La trombosis venosa profunda no es algo para tomar a la ligera. Las señales—hinchazón unilateral en la pierna, dolor al caminar, calor en la zona, piel enrojecida, venas visibles más marcadas—son como luces parpadeantes en el tablero de tu cuerpo. Factores como viajes largos, reposo prolongado, anticonceptivos hormonales o antecedentes familiares aumentan el riesgo, pero nadie está completamente libre. Una TVP no tratada puede enviar un coágulo a los pulmones, causando una embolia pulmonar que pone en peligro la vida.

Para responder a estas señales, muévete con cuidado: haz círculos con los tobillos o camina suavemente si no hay dolor intenso, y eleva la pierna al descansar. Cambia a una dieta baja en sal para reducir la retención de líquidos y bebe agua para mantener la sangre fluida. Lleva un diario de síntomas—hinchazón, dolor, calor, cambios en la piel—para compartirlo con un médico. Si sientes opresión en el pecho, dificultad para respirar o mareos, ve a urgencias de inmediato; podría ser una embolia. Para síntomas menos graves pero persistentes, un flebólogo puede confirmar una TVP con pruebas como ultrasonido o análisis de sangre.

No dejes que estas señales se pierdan en la rutina. Si tu pierna está hinchada o enrojecida, no pienses que es solo fatiga. Eleva esa pierna, anota lo que sientes, y si no mejora en un día o dos, busca un médico.