El colesterol elevado se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales y problemas circulatorios. Aunque en muchos casos los médicos prescriben fármacos, la ciencia ha demostrado que la actividad física puede ser un aliado natural y altamente efectivo para controlar el colesterol.

El movimiento regular no solo ayuda a reducir el colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”), sino que también eleva los niveles de colesterol HDL (“el bueno”), encargado de transportar el exceso de grasas hacia el hígado para ser eliminadas. Además, el ejercicio favorece la circulación, ayuda a controlar el peso y disminuye la inflamación en el cuerpo.
A continuación, te presentamos cinco ejercicios respaldados por la investigación científica que pueden convertirse en tus mejores aliados para mantener el colesterol bajo control.
1. Caminar a paso rápido: el hábito más sencillo y eficaz
Lo que dice la ciencia
Un estudio publicado en Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology demostró que caminar a paso acelerado durante 30 a 60 minutos al día reduce el colesterol LDL y aumenta el HDL. Lo más interesante es que el beneficio es acumulativo: cuanto más pasos das a ritmo sostenido, mayor es el efecto en tu salud cardiovascular.

Cómo ponerlo en práctica
- Camina al menos 5 días a la semana.
- Mantén un paso que acelere tu respiración, pero que aún te permita hablar.
- Intenta alcanzar entre 7,000 y 10,000 pasos diarios.
- Aprovecha momentos cotidianos: ir al supermercado caminando, subir escaleras en lugar de usar elevador, o dar un paseo después de comer.
2. Correr: un acelerador del metabolismo de las grasas
Evidencia científica
El Journal of the American College of Cardiology destaca que correr entre 3 y 5 veces por semana no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que mejora el metabolismo de las grasas y reduce el riesgo de acumulación de placas en las arterias.
El impacto de correr se nota incluso en quienes lo practican de forma moderada: no es necesario ser maratonista para obtener beneficios.
Consejos prácticos
- Empieza con sesiones cortas de 15 a 20 minutos y aumenta progresivamente.
- Corre a un ritmo moderado, donde puedas mantener una conversación sin quedarte sin aliento.
- Si tienes problemas articulares, alterna carrera con caminata rápida (método “correr-caminar”).
- Usa calzado adecuado para evitar lesiones.
3. Entrenamiento de fuerza: más allá del músculo
Lo que revelan los estudios
Investigaciones publicadas en Atherosclerosis han comprobado que el entrenamiento de resistencia o fuerza (pesas, máquinas, bandas elásticas o ejercicios con el propio peso) puede reducir los triglicéridos y aumentar el colesterol HDL.
El efecto se debe a que el músculo, al fortalecerse, se convierte en un consumidor activo de grasa en reposo, ayudando a regular mejor los lípidos en sangre.

Cómo aplicarlo en tu rutina
- Realiza 2 a 3 sesiones de fuerza por semana.
- Incluye movimientos básicos como sentadillas, planchas, flexiones y levantamiento de mancuernas.
- Trabaja grandes grupos musculares (piernas, espalda, pecho).
- No necesitas gimnasio: tu propio peso corporal es suficiente para comenzar.
4. Natación: ejercicio completo y de bajo impacto
Por qué funciona
La natación es un ejercicio aeróbico y de fuerza al mismo tiempo. Según la American Heart Association, nadar de forma regular puede disminuir el colesterol LDL hasta un 10 % y elevar el HDL en un 8 % después de 12 semanas.
Además, es una actividad de bajo impacto ideal para quienes tienen sobrepeso o problemas articulares, ya que el agua amortigua el esfuerzo.
Recomendaciones prácticas
- Nada entre 30 y 45 minutos, 3 veces a la semana.
- Alterna estilos (crol, espalda, braza) para trabajar diferentes grupos musculares.
- Si no sabes nadar, las clases de aquafitness o caminar en el agua ofrecen beneficios similares.
5. Ciclismo: un aliado para el corazón y la circulación
Evidencia científica
La European Society of Cardiology concluyó que andar en bicicleta de forma habitual puede reducir el riesgo de enfermedades coronarias hasta en un 24 %. El pedaleo continuo mejora la circulación, ayuda a quemar grasa y fortalece el corazón.
Cómo integrarlo en tu vida
- Usa bicicleta estática si prefieres entrenar en casa.
- Dedica entre 30 y 60 minutos, al menos 3 veces por semana.
- Si pedaleas en exteriores, combina trayectos de baja intensidad con intervalos más rápidos.
- Considera la bicicleta como medio de transporte para el trabajo o compras.
Cómo elegir el mejor ejercicio para ti
No existe un único “mejor” ejercicio: lo importante es la constancia. La ciencia demuestra que la combinación de actividad aeróbica (caminar, correr, nadar, pedalear) con entrenamiento de fuerza es la estrategia más efectiva para mejorar el perfil lipídico.
Si eres principiante, comienza con caminatas rápidas y poco a poco incorpora otras disciplinas. Lo ideal es mantener al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio intenso por semana, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Conclusión: moverse es medicina preventiva
El colesterol alto no se controla únicamente con pastillas: el movimiento es una de las medicinas más poderosas y gratuitas que tenemos a nuestro alcance. Al caminar, correr, nadar, entrenar fuerza o pedalear, no solo mejoras tus niveles de colesterol, sino que proteges tu corazón, refuerzas tus pulmones, reduces el estrés y aumentas tu energía diaria.
La clave no está en hacer un esfuerzo extraordinario por un par de semanas, sino en convertir el ejercicio en un hábito permanente, tan natural como comer o dormir.